- Mongabay Latam viajó desde Iquitos hasta la comunidad de San Fernando, en la cuenca del río Napo y en el camino encontró por lo menos seis de estas embarcaciones artesanales dedicadas a la extracción ilegal de oro.
- Las comunidades que se oponen, más de 60, están preocupadas, porque un estudio del 2011 realizado en agua, peces y personas, en cuatro comunidades del Napo, ya revelaba la presencia de mercurio por encima de los límites permitidos.
- En Iquitos, el oro proveniente del Napo y otros ríos se comercializa sin restricciones, pese a que se trata de una actividad ilegal. El precio bordea los 100 soles el gramo (30 dólares), aunque depende del lugar del que provenga.
Viajar a las cuatro de la mañana por el río Napo hace que el movimiento en la embarcación se sienta como una amenaza. El motorista del ‘rápido’ que nos llevará desde Santa Clotilde hasta la comunidad nativa de San Fernando, en el distrito del Napo, región Loreto, pide a los pasajeros mantener la calma. “Los chalecos salvavidas están atrás”, advierte.
En la proa, uno de los tripulantes tiene como tarea alumbrar el río con una lámpara, el motorista sigue sin dudar el camino que marca la luz. Comienza a amanecer y de pronto, Betty Rubio, nuestra guía en esta travesía, señala una estructura precaria en el agua: “Ahí está una ‘pequedraga’”. Han pasado tres horas desde que dejamos Santa Clotilde y frente a nosotros aparecen dos embarcaciones tradicionales pequeñas hechas a base de madera, conocidas como ‘peque peques’, sobre las cuales se ha montado una plataforma y maquinaria para extraer ilegalmente oro del río Napo.