- Los tiburones blancos han desaparecido de False Bay y Gansbaai, dos áreas frente a Sudáfrica donde históricamente han sido comúnmente avistados.
- Los científicos tienen varias teorías al respecto, incluida la depredación de tiburones por las orcas y la actividad pesquera que captura especies de las que se alimentan los tiburones juveniles.
- Los científicos dicen que es importante dar un paso hacia atrás y observar el panorama general. Mientras que los tiburones han desaparecido de algunas áreas, han aumentado en otras, pero los datos que cubren toda la costa de Sudáfrica aún son irregulares.
- El COVID-19 también obstaculiza los esfuerzos de recopilación de datos, lo que podría generar un vacío en el monitoreo a largo plazo.
CIUDAD DEL CABO – La población de grandes tiburones blancos de Sudáfrica ha sido objeto de escrutinio internacional desde 2017, cuando los operadores de buceo en jaulas informaron de una disminución repentina y pronunciada en los avistamientos alrededor de los destinos turísticos de False Bay y Gansbaai.
De 2010 a 2016, los avistamientos de tiburones blancos (Carcharodon carcharias) en False Bay bordearon los 205 por año, según la organización de conservación e investigación Shark Spotters. En 2018, los tiburones fueron avistados solo 50 veces; y 2019 ni una sola vez. En enero de 2020, se vio el primer tiburón blanco en 20 meses en False Bay.
“La realidad es que tenemos muchas más teorías que datos para respaldar [los números] en este momento”, dice la bióloga marina Alison Kock, quien actualmente trabaja para los Parques Nacionales de Sudáfrica. Kock ha investigado tiburones blancos en Sudáfrica desde 1998. “Hay tres o cuatro razones posibles. Cada una puede estar contribuyendo a su manera”.
No está claro cuántos tiburones blancos hay en Sudáfrica; las estimaciones oscilan entre 500 y 900. Sara Andreotti de la Universidad de Stellenbosch que estudia la genética de los tiburones blancos en la costa sudafricana, encontró que los tiburones son una sola población que se mueve de un sitio a otro y se reproducen entre sí. En un estudio de 2009 a 2011, estimó que había alrededor de 300 tiburones reproductores en la población, pero se cree que el mínimo número para evitar la endogamia —es decir, la reproducción entre individuos de la misma familia— es alrededor de 500. “Entonces nuestra población ya estaba en serios problemas”, dice Andreotti.
Pero, ¿qué explica la repentina desaparición de los tiburones blancos de False Bay y Gansbaai?
Orcas
La respuesta a la que apuntan la mayoría de científicos que estudian tiburones blancos es la presencia de orcas en el área, dos en particular: Port y Starboard, como se les ha llamado, y que fueron vistas por primera vez en False Bay en 2015 (aunque las orcas se habían vuelto cada vez más avistadas desde 2009). En ese momento, se encontraron varios cadáveres de tiburones moteados (Notorynchus cepedianus) en la bahía, y los depredadores parecían ser las orcas. Estos fueron los primeros registros de orcas depredando tiburones en Sudáfrica.
Kock publicó un artículo sobre “la primera documentación de una técnica de alimentación novedosa”: las orcas estaban usando la fuerza para romper la cintura del tiburón y morder el hígado, descartando el resto del cadáver.
Después de los ataques, los tiburones moteados desaparecieron de la bahía hasta por un mes, uno de los sitios de mayor densidad para esta especie en todo el mundo.
Luego, en 2017, cinco cadáveres de tiburones blancos aparecieron en las costas alrededor de Gansbaai. Al igual que los tiburones moteados, solo se les había extraído el hígado. Las marcas de los dientes señalaron claramente a las orcas como depredadores. Los hígados de los tiburones son ricos en grasa y constituyen un tercio de su peso total, por lo que no es de extrañar que estos depredadores increíblemente inteligentes vayan detrás de este nutritivo órgano.
Kock teorizó que la desaparición de tiburones blancos de False Bay y Gansbaai podría deberse a la presencia de las orcas. En 2017, hubo un aumento de avistamientos de tiburones blancos en otro lugar a lo largo de la costa, en Mossel Bay, donde pueden haberse reubicado para evadir a las orcas.
La depredación de orcas sobre tiburones blancos también se ha documentado en California. Salvador Jorgensen mostró que los tiburones blancos desaparecieron de un área cuando las orcas estaban presentes; en 2009, 17 tiburones blancos marcados desaparecieron repentinamente del área alrededor de las Islas Farallón, lo que fue vinculado con la presencia de orcas en un artículo científico de 2019. Jorgensen descubrió que los tiburones blancos podían desaparecer hasta por un año cuando las orcas pasaban por sus áreas de caza.
Un tema común en el estudio de los tiburones blancos es la incertidumbre. Se han observado orcas con tiburones blancos en el pasado; Andreotti dice que recuerda haber tomado muestras de tiburones blancos en Gansbaai en 2012, mientras que las orcas también estaban en la bahía. “Había casi 20 tiburones”, dice.
Kock dice que si bien hay evidencia de que la desaparición de tiburones blancos de la noche a la mañana está relacionada con las orcas, la vinculación no está clara. “No parecen ser todas las manadas de orcas las que tienen ese efecto. A veces tenemos grupos de orcas que ingresan a un sitio de agregación [de alta densidad de una especie] y no hay cambios en los avistamientos de tiburones blancos”.
Hasta el 2019, Port y Starboard eran las únicas orcas que se pensaba que estaban teniendo un impacto en la población de tiburones de Sudáfrica, dice Kock. “Luego, a fines del 2019, una manada totalmente diferente entró a Mossel Bay. Hay un video de una de las orcas [que muestra] interés en uno de los tiburones blancos alrededor de un bote de buceo en jaula. Y de la noche a la mañana, pasaron de tener siete a diez tiburones blancos a no tener ni uno”.
Una teoría es que las orcas que comen tiburones son parte de un ecotipo diferente, atraídas a las aguas costeras desde aguas pelágicas más profundas —columna de agua que está sobre el fondo marino— por una variedad de razones, que incluyen cambios en la temperatura del agua debido al cambio climático y la sobrepesca.
Pesquerías
En la cobertura de los medios de comunicación sobre los tiburones blancos de Sudáfrica, las pesquerías de palangre de tiburones demersales —que viven en el fondo marino o se alimentan en ese lugar— han sido retratadas como el principal culpable de su desaparición, pero muchos científicos que estudian tiburones blancos señalan la falta de datos.
Las pesquerías de palangre capturan pequeños tiburones que son presas importantes para los tiburones blancos juveniles (los tiburones maduros tienden a comer mamíferos marinos, como las focas). Científicos del Departamento de Medio Ambiente, Silvicultura y Pesca de Sudáfrica recomiendan el control de las capturas, pero actualmente no existen límites y hay preocupación sobre el impacto en el ecosistema de la sobrepesca de tiburones, como los tiburones vitamínicos o cazón y las musolas lisas. Además, el monitoreo de las costas de Sudáfrica es notoriamente débil y algunos barcos todavía pescan en las zonas de veda de las áreas marinas protegidas.
Un hallazgo interesante del estudiante de doctorado Dylan Irion, respaldado por las observaciones de algunos pescadores en y alrededor de la bahía de Algoa, es que a medida que los avistamientos de tiburones blancos en el Cabo Occidental han disminuido, los avistamientos en el Cabo Oriental se han disparado, lo que sugiere que los tiburones se han reubicado hacia el este, aunque existe el riesgo de que hay más pesca con palangre de tiburones demersales allí.
Esto debilita el argumento de que la pesca de tiburones más pequeños está disminuyendo las presas de los tiburones jóvenes, aunque la sobrepesca en mar abierto podría ser una razón por la que algunas orcas se han trasladado de aguas más profundas a la costa.
Kock resalta la necesidad de tener cuidado con las especulaciones antes de contar con datos precisos que confirmen estas teorías. “Tenemos que tener cuidado, porque puede haber consecuencias no deseadas […] para los medios de vida de las personas. Es realmente importante, especialmente para las personas en la esfera de la toma de decisiones, tener información basada en evidencia, para que puedan tomar la decisión correcta. Y en este momento, en términos de la desaparición de los tiburones blancos, se necesita mucho más trabajo”.
Andreotti dice que cree que las pesquerías deberían ser reguladas más estrictamente, ya que la pesca sostenible tendrá efectos positivos para las personas, los tiburones y todo el ecosistema a largo plazo. “Están lidiando con el sustento de la gente”, dice. “Respeto eso. Pero agradecería que pudieran intentar ver […] el objetivo a largo plazo”.
Las redes para tiburones y la pesca con anzuelo (anzuelos con cebo dirigidos específicamente a los tiburones) plantean riesgos adicionales para los tiburones blancos a lo largo de la costa de Sudáfrica. Aunque la especie ha estado protegida en Sudáfrica desde 1991, la provincia de KwaZulu-Natal (KZN) utiliza anzuelos cebados para matar exclusivamente a tiburones blancos y así evitar que se acerquen a la costa. Entre 2013 y 2017, un promedio de casi 17 tiburones blancos murieron en las líneas con anzuelos de KZN cada año, así como decenas de otros animales marinos: tortugas, delfines y otras especies de tiburones.
Incertidumbres y COVID-19
Kock enfatiza la importancia de dar un paso hacia atrás y observar el panorama general. “Si hablas con gente en el Cabo Occidental […] los observadores de tiburones no ven [a los tiburones blancos], los surfistas no los ven, los pescadores no los ven, los operadores de buceo en jaulas no los ven, nuestra ciencia muestra que no los estamos viendo. Pero si hablas con los pescadores de Algoa Bay y el Cabo Oriental, te dirán lo contrario: nunca habían visto tantos tiburones blancos”, dice. “Cuando las personas se concentran en una sola área de agregación, pierden el panorama general”.
Dylan Irion utiliza actualmente conjuntos de datos disponibles para observar toda la costa de Sudáfrica. La información es relativamente nueva; los tiburones blancos viven aproximadamente 70 años, pero los primeros datos solo comienzan a principios de la década de 1990 registrados por los operadores de buceo en jaulas de Gansbaai; en False Bay, las observaciones registradas comenzaron en 1996. Además, los tiburones blancos, especialmente los individuos más grandes, pasan mucho tiempo lejos de la costa (y las etiquetas de satélite son extremadamente caras) lo cual resulta en una gran cantidad de movimiento y comportamiento que los científicos nunca ven.
“Siempre nos concentramos en las cosas que sabemos porque, obviamente, son los hechos que tenemos a mano”, dice Kock, “pero creo que es igualmente importante darnos cuenta [de lo que no sabemos] […] tanto podría estar sucediendo de lo que simplemente no somos conscientes”.
El COVID-19 significa que habrá un vacío en los datos. Towner, que trabaja para Dyer Island Conservation Trust en Gansbaai y junto con un operador local de buceo en jaulas, dice que las ONG que se dedican a la investigación del tiburón blanco en Sudáfrica son “muy dependientes” del turismo internacional, en parte para la financiación, pero también con los botes de buceo en jaula que permiten un seguimiento continuo de los tiburones. Towner dice que la aparición del tiburón cobrizo en Gansbaai salvó la industria cuando los tiburones blancos desaparecieron en 2017.
“Tenemos la base de datos más grande”, dice Towner. “Han pasado 15 años y siguen funcionando, sin interrupciones estacionales en los datos. Entonces, notamos si algo va mal muy rápidamente”.
Quizás lo que ha cautivado tanto a la gente sobre la población de tiburones blancos en Sudáfrica son todas estas incógnitas y cómo una serie de posibles factores (las orcas, una disminución de las especies de presas, el cambio climático, la matanza selectiva) pueden estar afectando a estos esquivos depredadores. Lo que está claro es que sin datos no no se pueden sacar conclusiones firmes.
Imagen de portada: cadáver de un gran tiburón blanco, Gansbaai. Foto: Hennie Otto/Marine Dynamics.
Referencias:
Engelbrecht, T. M., Kock, A. A., & O’Riain, M. J. (2019). Running scared: When predators become prey. Ecosphere, 10(1). doi:10.1002/ecs2.2531
Jorgensen, S. J., Anderson, S., Ferretti, F., Tietz, J. R., Chapple, T., Kanive, P., . . . Block, B. A. (2019). Killer whales redistribute white shark foraging pressure on seals. Scientific Reports, 9(1). doi:10.1038/s41598-019-39356-2
Andreotti, S., Rutzen, M., Walt, S. V., Heyden, S. V., Henriques, R., Meÿer, M., . . . Matthee, C. (2016). An integrated mark-recapture and genetic approach to estimate the population size of white sharks in South Africa. Marine Ecology Progress Series, 552, 241-253. doi:10.3354/meps11744
Towner, A. V., Wcisel, M. A., Reisinger, R. R., Edwards, D., & Jewell, O. J. (2013). Gauging the threat: The first population estimate for white sharks in South Africa using photo identification and automated software. PLOS ONE, 8(6). doi:10.1371/journal.pone.0066035
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 10 de junio de 2020.
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