- Las regiones de Piura, Lambayeque, Lima e Ica, todas ubicadas en la costa de Perú, son las que acumulan la mayor cantidad de personas infectadas y fallecidas.
- Los brotes epidemiológicos ocasionados por arbovirus, como el que produce el dengue, están relacionados con cambios climáticos y eventos naturales como el ciclón Yaku y el Niño Costero que impactaron a Perú en los primeros meses del año.
La cifra de fallecidos por dengue en Perú es de 232 personas y los contagios están por encima de los 141 000. Eso indican los últimos reportes del brote de esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que este año se ha presentado en 20 de los 24 departamentos del Perú, según los informes al 12 de junio de la Sala Situacional de Dengue del Ministerio de Salud.
La cantidad de contagios es la más alta desde el año 2017 cuando, según el Ministerio de Salud, hubo 68 290 casos. Ese año se vivieron los impactos del Niño Costero con fuertes lluvias, inundaciones y miles de damnificados. Ahora, el brote que sucede en Perú tiene las mayores cifras de contagios y fallecidos en las regiones del norte del país, principalmente en Piura y Lambayeque; pero también en Lima e Ica.
“Se trata de brotes epidemiológicos relacionados con cambios climáticos y eventos naturales, en este caso, las lluvias”, señala María Luz Moyano, docente investigadora de la Universidad de Tumbes, especializada en Neurociencias y que le sigue los pasos a la transmisión del dengue y otras enfermedades.
Las lluvias e inundaciones causadas por el ciclón Yaku durante el mes de marzo de 2023, así como la presencia del Niño Costero, que según la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño, mantiene el calentamiento anómalo del mar, crearon un escenario ideal para el brote de dengue. Ahora se suma la confirmación de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) del inicio del Niño Global, un evento que también podría ocasionar lluvias intensas en Perú.
“Después de una inundación se presentan brotes de leptospirosis, enfermedades respiratorias agudas, afecciones oftalmológicas, enfermedades diarreicas agudas e infecciones causadas por los arbovirus [una de ellas es el dengue]”, señala Moyano.
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¿Cómo ha sido el manejo del dengue en Perú?
El mapa, los cuadros y las cifras que se observan en la Sala Situacional de Dengue muestran cómo se ha presentado esta infección en lo que va del 2023. Hasta el lunes 12 de junio se habían registrado 41 575 casos y 74 fallecidos en Piura; mientras que en Lima, que incluye la provincia costera del Callao, la cifra de contagiados llega a 19 199 y 8 fallecidos.
Hace seis años que se reporta dengue en Lima —comenta Moyano—, lo que sucede es que este 2023 se presentaron lluvias que no son habituales por la presencia del ciclón Yaku y el Niño Costero, y han influido las temperaturas elevadas que se han extendido más allá de lo usual. Además —explica la especialista— tras las lluvias, los techos de las viviendas, en los que muchas veces se acumulan cosas que no se utilizan, pueden convertirse en criaderos del mosquito porque el agua queda empozada.
La región de Lambayeque reporta 15 111 casos de contagios y una cifra de 60 fallecidos; Ica tiene 12 442 y 37 fallecidos, y La Libertad suma 9731 casos y 12 fallecidos. Mientras tanto, en la Amazonía, la región Loreto tiene la mayor cantidad de afectados con 8 605 casos registrados, pero solo 1 muerto; mientras que Ucayali registra 8 474 y 11 fallecidos.
Si se comparan las cifras de incidencia de la enfermedad —la cantidad de infectados por cada 100 mil habitantes— Piura, Lambayeque, Ica y Ucayali son las que lideran la tabla de contagios.
A pesar de la situación, el director del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC), César Munayco, informó el lunes 12 de junio que los casos de dengue en Perú están disminuyendo. “En promedio están disminuyendo entre 30 % a 40 %, dependiendo de la región. Ica, por ejemplo, cuenta con casi el 60 % de disminución de casos”, refirió Munayco.
Este descenso se observa tras varias semanas de aumento de los casos y cuando la cifra de fallecidos ya ha superado las 200 personas fallecidas ubicando al Perú, que tiene una población de 33 millones de habitantes, en segundo lugar por detrás de Brasil, un país con 214 millones de habitantes, según cifras de la Organización panamericana de la Salud (OPS).
El gobierno peruano ha sido criticado por el manejo del dengue desde que se inició este brote. El 18 de mayo, la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, aseguró que en dos semanas resolvería el problema. “Le estamos haciendo frente al dengue y en 15 días les prometo que vamos a tener que resolver esto, porque estamos con más de 60 mil personas en diferentes regiones no solamente para eliminar los criaderos y fumigar, sino también para atender y mejorar los servicios de salud que ustedes necesitan”, dijo en una conferencia de prensa. Sin embargo, la solución no llegó en el tiempo ofrecido.
La Defensoría del Pueblo realizó constantes supervisiones en los centros, puestos y hospitales de la región Piura, la más afectada por la enfermedad. Tras esta serie de visitas, publicó un comunicado del 1 de junio donde aseguró que hay una “fragilidad del sistema, expresada en falta de infraestructura, equipamiento y en la escasez del personal de salud para atender el sostenido incremento de casos de dengue, agravándose por el contagio del propio recurso humano, el cual no cuenta con algunas medidas de prevención, como es la entrega de repelentes”.
En su reporte también indicó que “los recursos públicos transferidos a la región Piura han sido inoportunos y escasos”. La Defensoría indicó que la primera transferencia de 2.9 millones de soles (cerca de 800 000 dólares) se realizó a finales de febrero, un segundo monto de 11 millones de soles (aproximadamente 3 millones de dólares) se transfirió en abril, mientras que un tercer desembolso por 950 000 soles (cerca de 261 000 dólares) se dio “recién” en mayo. “Estos montos debieron estar disponibles de manera anticipada para financiar un plan regional donde las medidas de prevención para el control larvario eran determinantes”, aseguró la entidad.
Para la Defensoría, la omisión y el descuido en la atención del brote de dengue se agravaron con la emergencia climática en la región. Las imágenes de la ciudad de Piura completamente inundada y las cifras de miles de damnificados en el mes de marzo, tras el paso del ciclón Yaku y la presencia del Niño Costero, eran un indicador de lo que podía suceder con el dengue en esa región.
“No se consideró el antecedente de más de 44 000 casos y 51 fallecidos que se produjeron en el año 2017 en pleno fenómeno El Niño costero, y no se viene previendo las consecuencias de dicho fenómeno este año en Piura, la segunda región con mayor población a nivel nacional”, agrega el comunicado de la Defensoría del Pueblo.
El último fin de semana, la ministra de Salud anunció que, desde Lima, se enviará un equipo de médicos, biólogos y enfermeras a la región Tumbes para reforzar la lucha contra el dengue. El anuncio se hizo luego de que se informara que en este departamento los contagios van en aumento.
Las particularidades del Aedes aegypti
“El factor más importante es el periodo de incubación extrínseca, es decir, el desarrollo del virus dentro del mosquito. Y ese, para mí, ha sido un problema en Lima porque las temperaturas ambientales elevadas se han extendido en el tiempo. Cuando hay altas temperaturas se reduce el periodo de incubación”, señala la científica Amy Morrison, investigadora de la Universidad de California, quien estudia el mosquito Aedes aegypti desde 1998, principalmente en la región de Loreto.
Morrison también explica que las investigaciones realizadas en más de 20 años demuestran que lo más importante en estos casos es frenar la transmisión. “Cuando hay brotes hemos visto y demostrado que algunas de las medidas que se tomaban, si se hacían bien y durante tres semanas, podían bajar la transmisión y mitigar el impacto”.
El dengue, en realidad, debe ser manejado un poco como el Covid-19 —agrega Morrison—, la lógica es prevenir, es decir, antes de que se extiendan los contagios. Además, explica la experta, se debe tener en cuenta el rol del movimiento de las personas, pues los contagios ocurren cuando el mosquito Aedes aegypti pica a una persona infectada con dengue y adquiere el virus a través de la sangre. Así ocurre la incubación del virus en el insecto y luego, este mismo insecto, lo transmite a otra persona a través de una picadura.
En ese sentido, la investigadora Luz María Moyano, quien también ha trabajado con Morrison, explica que quienes son diagnosticados con dengue no deben trasladarse y, de ser posible, mantenerse en cuarentena. “El mosquito no se traslada grandes distancias, su radio de acción es aproximadamente entre 50 a 80 metros, por tanto, se puede decir que los contagios se dan principalmente dentro de las casas o en los trabajos”, agrega Moyano y comenta que se trata de un mosquito diurno, pues las picaduras ocurren principalmente durante el día.
Estas características del mosquito determinan cómo deberían controlarse los brotes. Por ejemplo, menciona Morrison, la fumigación que se realiza desde caminos, en los exteriores, posiblemente no dé ningún resultado. “Se tiene que entrar a las casas con las máquinas [de fumigación] correctamente calibradas. Adicionalmente, se deben realizar tres circuitos completos de fumigación, pues si solo se realiza la primera y no regresan, pues no dará resultado”.
Otro factor a tomar en cuenta es que este mosquito se reproduce en agua limpia, y en recipientes de cualquier tamaño, incluso muy pequeños como una tapa de una botella de gaseosa. Por ello, las expertas advierten que es importante eliminar de las casas cualquier elemento que pueda servir para el depósito de agua, sobre todo, después de ocurrida una lluvia.
Morrison señala otro factor de suma importancia y es el manejo clínico de la enfermedad. “Es muy especializado. En Iquitos, por ejemplo, hay médicos que conocen bien este virus y la enfermedad, porque se tiene que monitorear a los pacientes cada hora, es un sistema de triaje intensivo, pero que sirve para salvar vidas. Es importante entrenar a los médicos y establecer centros para monitoreo de pacientes. La primera línea de defensa es el manejo clínico”.
En ese sentido, explica Morrison, se debe tener en cuenta que son cuatro los serotipos de este virus que se conocen hasta ahora. Uno de ellos, el dengue 2, es el más violento y patogénico. “Piura siempre ha sido un centro de transmisión. En el 2001 hubo un brote muy fuerte y en Loreto estábamos pendientes de la llegada del dengue. La costa noreste de Perú siempre ha sido una zona caliente para dengue y al otro lado de la frontera, en Machala, Ecuador, también existe el mismo problema”.
La experta menciona que el mosquito Aedes Aegypti ya estaba presente en diciembre en Lima, sin embargo, la temperatura no fue favorable hasta abril, cuando hizo más calor, y que, además, ya habían ocurrido las lluvias ocasionadas por el ciclón Yaku y el Niño Costero.
Carla Gallo, especialista en Gestión de Riesgo de Desastres del Centro de Estudio y Prevención de Desastres (Predes) señala que en los distritos de San Juan de Miraflores y Villa María del Triunfo, en el sur de Lima, las condiciones de humedad por las lluvias que se presentaron durante el ciclón Yaku generaron una atmósfera que favoreció la proliferación del vector, por esa razón, este año los casos de dengue aumentaron.
Gallo comenta que ante esta situación se conformó una Mesa Técnica de Trabajo en la que participan las autoridades locales, el sector salud y las organizaciones civiles. “Se han identificado posibles criaderos de mosquitos y puntos críticos, pero hay que actuar de forma preventiva”.
Conforme baje la temperatura, los contagios empezarán a reducirse. “Ciertos parásitos y virus viven mejor con temperaturas elevadas”, señala María Luz Moyano. Por eso, los contagios disminuyen y hasta desaparecen cuando empieza el invierno. Sin embargo, se debe tener en cuenta que “el dengue es una enfermedad que ha llegado para quedarse”, comenta la experta.
Imagen principal: Personal del Ministerio de Salud revisa artículos sin uso que pueden convertirse en espacios para la proliferación del Aedes aegypti. Foto: Agencia Andina.
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