- Los guardaparques del departamento del Amazonas, incluidos los del Parque Nacional Amacayacu, no pueden hacer presencia constante en las áreas protegidas desde que fueron desplazados en 2020.
- El río Purité, tanto del lado de Brasil como el de Colombia, tiene presencia de minería ilegal. En el último sobrevuelo de julio realizado por la Alianza Regional Amazónica para la Reducción de los Impactos de la Minería de Oro, una coalición de organizaciones y entidades estatales, se contaron cerca de 16 dragas en ambos países.
- El territorio de las comunidades tikuna se superpone con el del Parque Nacional Amacayacu. Esta comunidad a través del ecoturismo busca proteger y conservar el territorio.
Entre los ríos Putumayo y Amazonas se encuentra el Parque Nacional Natural (PNN) Amacayacu. Esta área protegida, que en lengua quechua quiere decir “tierra de las hamacas”, se extiende por unas 267 300 hectáreas de selva húmeda tropical cálida y bosques inundables, que representan casi el 40 % de la superficie total del Trapecio Amazónico, nombre con el cual se conoce a la zona de la triple frontera entre Colombia, Perú y Brasil. Amacayacu fue la primera área natural protegida declarada en la región de la Amazonía colombiana, en 1975, y su territorio se superpone con el 18 % de tres resguardos indígenas mayoritariamente tikunas.
Para los científicos, expertos de la zona y las comunidades indígenas que lo habitan, el Parque Nacional Amacayacu está dividido en dos. El norte, que se extiende desde el río Cotuhé, está marcado por la minería ilegal, el narcotráfico y la presencia de grupos armados que mantienen desde el 2020 restringido el acceso a funcionarios de Parques Nacionales. El sur, que está en las desembocaduras del río Amacayacu y la quebrada Matamatá, a una hora y media de Leticia —la capital del departamento de Amazonas—, es un territorio que le apuesta al ecoturismo, a la conservación y preservación del bosque.
Un equipo de periodistas de Mongabay Latam y Rutas del Conflicto viajó a la zona sur del parque, la única a la que por razones de seguridad es posible acceder, y navegó el imponente río Amazonas, donde los delfines nadan tranquilamente cerca de las embarcaciones, para acceder a dos de los tres resguardos indígenas. Allí, levantó testimonios de sus habitantes y de autoridades tradicionales, de expertos y otras fuentes conocedoras de la zona para conocer cuáles son las amenazas que afectan a esta área protegida, a sus guardaparques y a las comunidades que habitan en ella.
Sin guardaparques
El departamento del Amazonas cuenta con tres parques nacionales naturales: Amacayacu, Río Puré y Cahuinarí. También alberga una parte del Parque Nacional Natural Yaigojé Apaporis. Sin embargo, en la única de estas áreas protegidas donde puede existir una presencia constante de los funcionarios de Parques Nacionales Naturales (PNN), la entidad que en Colombia tiene a cargo la administración y la protección del sistema nacional de parques y la coordinación de áreas protegidas, es Amacayacu, pero no en todo su territorio sino únicamente en la parte sur.
Todo cambió en febrero de 2020. Ese año los funcionarios del parque nacional fueron citados por las disidencias de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para advertirles que debían salir del territorio en pocas horas. En ese encuentro les quitaron a los funcionarios las balsas, los motores, la gasolina, los GPS, los computadores y los radios que llevaban. Desde ese evento se han presentado hasta la fecha cuatro amenazas a funcionarios que protegen Amacayacu, según fuentes consultadas en la zona. En Leticia, capital del departamento del Amazonas, una fuente que conoce el área —de quien se omite su nombre por temas de seguridad— asegura que las disidencias han hecho pública su presencia en la zona y hoy restringen la movilidad de los guardaparques.
En el territorio, sin la presencia física de los funcionarios de PNN, los ríos han quedado abiertos a la ilegalidad y sin puntos de control. Uno de los voceros de la Alianza Regional Amazónica para la Reducción de los Impactos de la Minería de Oro —coalición de organizaciones que investiga los impactos de la minería y la contaminación por mercurio—, quien pidió la protección de su nombre, asegura que tras la salida de los guardaparques, las operaciones de minería y narcotráfico se incrementaron en el lado norte de Amacayacu.