Preocupantes noticias. Un nuevo estudio encontró que las aves que se alimentan de peces y de insectos en las zonas mineras de Madre de Dios presentan niveles de mercurio altos. Algunas de las especies analizadas tienen las cifras de mercurio más altas en Sudamérica.
Las poblaciones más afectadas
El estudio se realizó en Madre de Dios, región amazónica de Perú donde la minería ilegal de oro lleva más de 30 años operando y se calcula libera alrededor de 181 toneladas de mercurio al año.
Parte de la metodología de trabajo incluyó comparar zonas donde ha existido extracción aurífera a lo largo de los años con un lugar muy bien conservado. El objetivo era determinar si las altas concentraciones de mercurio en las aves se debían específicamente a la minería o si podían existir otras causas probables.
Entre los focos mineros estudiados estuvieron Inambari y Laberinto, localidades que son parte del “Corredor Minero” y donde existen concesiones mineras legales. También se incluyeron áreas como los Amigos y Azul, que están situadas la primera dentro de un área de conservación privada y la segunda dentro de la Reserva Nacional Tambopata, ambas ubicadas en una zona donde la minería ilegal constituye aún una amenaza. Por otro lado, el espacio no afectado elegido fue La Torre, también dentro de la reserva Tambopata, pero en un área donde la minería no ha llegado.
“En sectores impactados por minería las concentraciones son más elevadas frente al lugar de control [La Torre]. Esta misma tendencia se observó en el sector Azul, impactado dentro de la Reserva Nacional Tambopata”, explica Pisconte.
Los resultados fueron claros: en las zonas de minería había una concentración de 3.14 a 7.97 microgramos por gramo de mercurio, mientras que en el sitio sin afectación la presencia del metal era de 0.47 a 0.42, una cifra significativamente inferior.
Los científicos tomaron muestras, entre julio y octubre de 2019, de 361 individuos de aves de 119 especies diferentes. Las muestras recolectadas fueron las plumas del pecho de estos animales, pues tienen la particularidad de almacenar el mercurio a través del tiempo. Cada una de ellas fue limpiada con ácido nítrico para prevenir el riesgo de una posible contaminación. “Medimos el mercurio en las plumas por su fácil colecta, almacenamiento y transporte. Las plumas nos permiten también medir la exposición al mercurio a través de la dieta, específicamente durante la época de crecimiento de la pluma”, explica Pisconte.
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