Enorme, pero poco conocido, el armadillo gigante pillado en la cámara oculta. Foto de: Kevin Schafer / el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
El armadillo gigante (Priodontes maximus) no tiene ese nombre sin motivo: pesa tanto como un perro grande y crece más que la tortuga más grande del mundo. Sin embargo, a pesar de su gigantismo, mucha gente en esta zona –del Amazonas al Pantanal− ni siquiera sabe que existe o cree que es un mito más que una realidad. Esta es una rara especie de megafauna que no sólo ha esquivado durante mucho tiempo el estudio científico, sino también la atención básica por parte de los humanos. Sin embargo, iniciar el primer estudio del mundo sobre los armadillos a largo plazo ha permitido al intrépido biólogo Arnaud Desbiez a descubrir una riqueza de nueva información sobre estas criaturas enigmáticas. Desbiez no sólo ha documentado por primera vez la reproducción del armadillo gigante, también ha descubierto que estos amables gigantes crean hábitats vitales para varias especies.
“Los armadillos gigantes proporcionan un servicio muy valioso al ecosistema para el resto de la comunidad ecológica: un refugio de los depredadores y de las temperaturas extremas, además de nuevos recursos alimentarios”, afirmó a mongabay.com Desbiez, de la Real Sociedad Zoológica de Escocia y director del El Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
El refugio al que se refiere son las profundas madrigueras de los armadillos gigantes, que estas bestias se ocupan de cavar una media de cada dos días. Usando unas garras que cualquier velociraptor envidiaría –con una que llega a más de 17 centímetros de longitud− los armadillos gigantes cavan madrigueras de hasta cinco metros de profundidad. Los armadillos utilizan estas madrigueras para dormir, descansar e incluso para buscar comida, ya que se alimentan principalmente de termitas y otros invertebrados.
Pero las madrigueras también tienen otros usuarios. Con el uso de cámaras ocultas en 70 madrigueras diferentes en el Pantanal brasileño, Desbiez y su equipo han grabado más de una veintena de especies colándose en el hogar del armadillo con distintos propósitos que van desde mantenerse frescos a cazar. Esto hace del armadillo gigante un “ingeniero del ecosistema”, es decir, una especie clave que altera o recrea su ambiente de forma drástica, teniendo efecto en otras muchas especies. Otros ingenieros del ecosistema conocidos son los castores, los elefantes y, por supuesto, nosotros mismos: los humanos son los ingenieros del ecosistema definitivos.
Un grupo de coatíes olisqueando alrededor del montón de arena de la madriguera de un armadillo gigante. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Según el nuevo estudio de Desbiez en Biotropica, ocelotes, zorros cangrejeros, varios lagartos, tortugas y tayras, que son como las comadrejas, se descubrieron en el interior de la profunda madriguera que usaban como refugio. Aunque el interior no es la única parte de la madriguera a la que las especies encuentran utilidad. Muchas especies utilizaron el montón de arena que se crea con la excavación extensa: pecaríes, hormigueros gigantes, tapires y pumas emplean la arena para descansar o para darse un baño de arena, mientras diversas aves, roedores y lagartos cazan en el mismo montón. Además, las otras tres especies de armadillo (el armadillo de cola desnuda meridional, el armadillo de nueve bandas y el armadillo de seis bandas) que se encuentran en el Pantanal también usan las madrigueras.
Durante años de estudio, las cámaras ocultas han revelado que el hogar de los armadillos gigantes es un punto álgido de mini-biodiversidad en la vida salvaje del Pantanal.
“Una vez di una charla sobre los armadillos gigantes en una escuela rural y uno de los niños dijo: ¡Guau, los armadillos gigantes son como el gobierno! ¡Les dan casas gratis a quienes lo necesitan!”, comenta Desbiez.
Las investigaciones anteriores, llevadas a cabo por parte de la bióloga Renata Leite Pitman de la Universidad de Duke, mostraron que el armadillo gigante es un ingeniero del ecosistema también en el Amazonas. Pitman catalogó varias especies que utilizaban las madrigueras de los armadillos gigantes en el Amazonas, entre ellas había un cánido increíblemente raro: el zorro de orejas cortas. En cierto momento, Pitman documentó que el zorro de oreja corta (Atelocynus microtis) había usado 13 madrigueras de armadillo gigante en un periodo de 24 horas. Otro investigador, Edson de Souza Lima, documentó a otro extraño cánido, el perro venadero, usando las madrigueras del Amazonas.
Sin embargo, el animal que más sorprendió a Desbiez por usar las madrigueras del armadillo en el Pantanal fue el oso melero (Tamandua tetradactyla).
“[Los osos meleros] tienen una cola prensil y son excelentes escaladores que están bien adaptados a la vida en la fronda. ¡Menuda sorpresa encontrarlos bajo tierra!, afirma. “Son una de las especies que más usan las madrigueras y a veces llegan a pasar más de 12 horas bajo tierra”.
Un oso melero saca su larguísima lengua ante la cámara oculta a su salida de la madriguera de un armadillo gigante. Foto de: El Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Desbiez añade que algunos osos meleros usaban las madrigueras como guardería ya que “las hembras de oso melero dejaban a sus crías en la madriguera [y] volvían periódicamente para amamantarlas”
Los osos meleros se ven atraídos a las madrigueras principalmente por la temperatura, según afirma Desbiez, quien los llama “refugios térmicos”.
La temperatura en el interior de la madriguera de un armadillo gigante no fluctúa, se mantiene estable en unos 24 grados centígrados todo el tiempo. Esto proporciona a los osos meleros −y a muchas otras especies− un santuario cuando hace demasiado frío o calor en el exterior.
Este aspecto de las madrigueras podría hacerlas aún más importantes para otras especies en un futuro cercano, según apunta Desbiez.
“Se calcula que el cambio climático aumentará las temperaturas máximas en el aire, los registradores de datos que colocamos en el interior de las madrigueras de armadillos gigantes demuestran que la temperatura en el interior de las madrigueras se mantiene constante. Las madrigueras de armadillo gigante ofrecen un refugio importante de las condiciones extremas, y su papel puede acabar siendo más importante a medida que aumenten los efectos del cambio climático”.
La ingeniería del armadillo va incluso más lejos que proporcionar a otras especies un lugar para descansar o para cazar.
Un ocelote asoma la cabeza en la madriguera de un armadillo gigante. Foto de: El Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
“También creemos que las madrigueras son clave para mantener un tipo particular de hábitat en el Pantanal”, afirma Desbiez. “En el Pantanal, las madrigueras se encuentran más a menudo en las islas de murundus. Las islas de murundus están rodeadas de montones de tierra cubiertos de vegetación de la región boscosa (sabana) y colonizados por montículos de termitas, típicamente su tamaño es de 5 a 25 metros de diámetro.
Los científicos tienen la teoría de que las madrigueras de armadillo gigante desempeñan un papel a la hora de mantener el agua controlada en estas islas, además de tener efectos en la calidad de la tierra y en la diversidad de las plantas. Las madrigueras pueden actuar incluso como áreas de captación de semillas y materia orgánica.
Sin embargo, las madrigueras no duran para siempre, y parece que son menos atractivas conforme pasan los años.
“Parte del túnel de las madrigueras viejas puede estar colapsado y, por lo tanto, haber perdido su propósito como refugio de las temperaturas”, explica Desbiez. “Sin embargo, creo que también hay otros motivos. En las madrigueras recién excavadas puede haber más posibilidades de encontrar alimento. Los osos meleros suelen ser el primer animal que visita una madriguera recién excavada. Hemos observado varias especies de invertebrados en los montones de arena frescos e incluso un pequeño anfibio que permanece en la arena mientras está húmeda”.
Las madrigueras de armadillo gigante podrían albergar a visitantes menos bienvenidos: la temperatura constante –que atrae a tantos mamíferos y aves− también puede actuar como fuente de conservación de las enfermedades, extendiéndolas entre la colección de animales que aparecen por el Pantanal.
“Las condiciones oscuras y húmedas con la temperatura constante podrían favorecer potencialmente la supervivencia y proliferación de hongos, bacterias y virus”, puntualiza Desbiez. En estos momentos, los científicos están investigando los vínculos que hay entre los armadillos gigantes, sus madrigueras y las enfermedades.
Seriema de patas rojas buscando comida. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
El armadillo gigante está catalogado como Vulnerable en la Lista Roja de la UICN, y como la mayoría de mamíferos en Suramérica, se cree que el número está descendiendo. La destrucción del hábitat y la caza son las principales amenazas, sin embargo, el bajo ritmo reproductivo y la baja densidad –se calcula que hay solo seis ejemplares cada cien quilómetros cuadrados− de la especie hacen que la situación sea incluso más precaria. Aunque al final, el mayor peligro para estas especies podría ser la simple ignorancia.
“Hay muy pocas especies en los neotrópicos que se hayan beneficiado de cualquier tipo de investigación científica a largo plazo. Este trabajo va a mostrar cuánto nos queda por aprender y las sorpresas que nos podemos llevar”, afirma Desbiez. “Todavía nos queda mucho por aprender sobre los armadillos gigantes y su función en el ecosistema. Tengo la sensación de que apenas hemos arañado la superficie y que lo mismo ocurre con muchas otras especies”.
Con el uso de cámaras ocultas y la supervisión, Desbiez y su equipo esperan seguir descubriendo más sorpresas sobre el gigante menos conocido del mundo.
“Es increíble”, concluye Desbiez, “los armadillos gigantes son una especie de la que la mayoría de gente nunca ha oído hablar a pesar de que tienen un papel muy importante en la comunidad ecológica”.
El equipo del Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal (de izquierda a derecha): Gabriel Massocato, Danilo Kluyber, Arnaud Desbiez y Renata Santos. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Armadillo gigante excavando una nueva madriguera. Normalmente hacen una nueva madriguera cada dos días.
Zorro cangrejero durmiendo apaciblemente en la madriguera de un armadillo gigante. Foto de: El Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Las madrigueras de armadillo gigante llevan a encuentros interesantes: como este de un oso melero persiguiendo a un ocelote.
Tapir descansando en un montón de arena. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Perro venadero olisqueando la madriguera de un armadillo gigante.
Agutí comiendo en la madriguera. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Tayra a la entrada de una madriguera. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Un par de pumas en una madriguera. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Armadillo gigante saliendo de su madriguera por la noche. Foto de: el Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
Citas:
- Desbiez, A. L. J. and Kluyber, D. (2013), The Role of Giant Armadillos (Priodontes maximus) as Physical Ecosystem Engineers. Biotropica, 45: 537–540. doi: 10.1111/btp.12052
- Edson de Souza Lima, Karen E. DeMatteo, Rodrigo S. P. Jorge, Maria Luisa S. P. Jorge, Julio Cesar Dalponte, Herson Souza Lima and Stuart A. Klorfine. (2012) First telemetry study of bush dogs: home range, activity and habitat selection. Wildlife Research 39(6) 512-519. http://dx.doi.org/10.1071/WR11176
- Leite Pitman, R., G. Powell, D. Cruz, M. Escobedo, K. Escobar, V. Vilca & A. Mendoza. 2004. Habitat use and activity of the giant armadillo (Priodontes maximus): Preliminary data from southeastern Peru. Presented at the Society for Conservation Biology Meeting, New York, USA