- El gobierno argumenta que la actividad petrolera servirá "para reducir la extrema pobreza en las comunidades que habitan las áreas protegidas".
- La mayoría de los parques protegidos ya ven la exploración petrolera. Algunos, como los parques Iñao, Aguaragüe, Pilón Lajas y Madidi tienen entre el 75 % hasta el 90 % de su territorio bajo contratos de exploración.
- La autorización para estos proyectos de exploración se estableció en el Decreto Supremo (DS) 2366, aprobado en mayo del 2015.
El 30 de enero del año pasado, el presidente Evo Morales dio inicio a la exploración petrolera en el pozo Lliquimuni, al norte de La Paz, capital de Bolivia. El Bloque Lliquimuni se encuentra en una serranía con espesa vegetación en la cabecera de la región amazónica boliviana.
“El taladro, más conocido como perforador para buscar petróleo, ya está instalado”, dijo el presidente Morales en una rueda de prensa transmitida desde Lliquimuni. “Tenemos buena información para encontrar el petróleo”.
Según la compañía estatal, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), a finales de este año se sabrá si hay petróleo y gas o no en el Bloque Lliquimuni, una de muchas áreas de nueva exploración de hidrocarburos en la amazonía boliviana o cercana a ella.
En años recientes, las empresas petroleras Andina, Total, Chaco, Repsol, Maxus, Petrobras y Don Wong, entre otras, han obtenido más de 25 concesiones para explorar y explotar hidrocarburos en nuevas áreas protegidas de Bolivia, de acuerdo datos del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP).
El gobierno argumenta que la actividad petrolera servirá “para reducir la extrema pobreza en las comunidades que habitan las áreas protegidas”. Sin embargo, SERNAP teme que las actividades mineras e hidrocarburíferas, junto con la ampliación de la frontera agrícola y el avance de los asentamientos humanos en las 22 áreas protegidas del país, ya estén generando graves problemas socioambientales, como la construcción de carreteras no reguladas, las actividades mineras y la contaminación de ríos.
Las áreas protegidas Madidi, Amboró, Isiboro-Sécure y Aguaragüe están entre las más comprometidas. Dentro de ellas, las zonas más sensibles son los bosques vírgenes, los territorios indígenas y los lugares de reproducción de flora y fauna.
Según un informe del año pasado del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), en la actualidad la superficie de áreas protegidas del país alcanza las 18.271.699 hectáreas. De éstas, un 17 % están amenazadas por la actividad petrolera, y se espera que nuevas áreas surjan en un futuro próximo.
“YFPB reconoce que son ocho parques importantes; está el Amboró, el TIPNIS, el Madidi que son parte del corredor Vilcabamba – Amboró. Es uno de los lugares más ricos en biodiversidad en el mundo y eso es bastante preocupante”, dijo al diario Página Siete el investigador del CEDIB, Jorge Campanini.
Para Campanini, los datos son alarmantes: la mayoría de los parques protegidos ya ven la exploración petrolera. Algunos, como los parques Iñao, Aguaragüe, Pilón Lajas y Madidi tienen entre el 75 % hasta el 90 % de su territorio bajo contratos de exploración.
El gran impulso hacia la exploración de hidrocarburos en Bolivia se dio a inicios del 2013. Durante el III Congreso Internacional Gas & Petróleo, el vicepresidente Álvaro García Linera anunció que YPFB ingresaría a parques nacionales, ya que estas eran áreas “altamente petroleras y gasíferas”. En aquel momento, García Linera aseguró que el trabajo de las petroleras en los parques estaría acompañado de una política de mitigación de daños ambientales.
La autorización para estos proyectos de exploración se estableció en el Decreto Supremo (DS) 2366, aprobado en mayo del 2015. “Se permite el desarrollo de actividades hidrocarburíferas de exploración en las diferentes zonas y categorías de áreas protegidas”, señala la norma.
Desde entonces, otros Decretos Supremos han extendido las áreas de exploración en la amazonía boliviana. Según Campanini, el 2012 la frontera petrolera ocupaba cerca a 24 millones de hectáreas; actualmente se ha ampliado a más 31 millones de hectáreas.
“Algo que es muy preocupante es que han creado nuevas áreas que se extienden hacia Beni y el norte de Pando” explicó Campanini en una entrevista al diario Los Tiempos. “Eso incrementa radicalmente la frontera petrolera”. El más reciente Decreto Supremo 2549 de octubre del año pasado, ha creado 16 áreas nuevas de exploración.