- El martes 26 de septiembre, el presidente brasileño, Michel Temer, publicó un decreto nuevo, que revierte la orden del 23 de agosto de abrir a la minería una reserva nacional amplia en la Amazonía.
- La reserva, conocida como RENCA, alberga nueve áreas conservadas y dos reservas indígenas. A los ambientalistas y a los líderes indígenas les preocupaba que la apertura de la región a la minería a gran escala pusiera en peligro las zonas protegidas.
- El decreto original de minería en la Amazonía recibió una condena mundial por parte de ambientalistas, grupos indígenas, científicos, artistas y el público en general.
- RENCA abarca 4,6 millones de hectáreas (17 800 mi2). Solo el 0,3 % de toda la reserva está deforestada, lo que la convierte en una de las regiones más intactas de la Amazonía.
En apenas poco más de un mes, el presidente Michel Temer firmó tres decretos respecto de la Reserva Nacional de Cobre y Asociados (RENCA), ubicada en la frontera entre los estados de Amapá y Pará. En el primero (Decreto 9147), abolió la reserva —un área de la pluviselva amazónica del tamaño de Dinamarca— y la abrió a la minería. En el segundo, respondió a la ola de críticas al aclarar el primer decreto, pero no hizo cambios significativos. Luego, el martes 26 de septiembre, en el tercer decreto (9159), publicado en el Boletín Oficial, revocó el primero y cerró la región a la minería.
La revocación del presidente revela el momento político delicado que enfrenta. Temer está a punto de ser juzgado por la Cámara de Diputados por obstrucción de la justicia y asociación ilícita, debido a una segunda denuncia autorizada por el anterior fiscal general, Rodrigo Janot. Y, según expertos, la controversia pública que rodea a la abolición de RENCA fue más tensión y riesgo políticos de los que Temer está dispuesto a enfrentar en la actualidad.
RENCA, establecida en 1984, abarca 4,6 millones de hectáreas (17 800 mi2) y es rica en oro, dimantes y cromo. Incluye nueve áreas protegidas, siete de las cuales son Unidades de Conservación (UC): tres con protección completa y cuatro donde se permite el uso sustentable de recursos; también abarca dos reservas indígenas. Solo el 0,3 % de toda la reserva RENCA está deforestada, lo que la convierte en una de las regiones más intactas de la Amazonía.
La marcha atrás del presidente respecto de RENCA es considerada una victoria para ambientalistas y grupos indígenas y una derrota para los Ruralistas, así como también para las empresas mineras canadienses, quienes se habían reunido con el Gobierno en marzo por RENCA y quienes podrían obtener ganancias considerables por la apertura de la región a la minería de gran escala.
Durante las protestas sobre RENCA, ambientalistas, líderes indígenas, científicos y la comunidad artística de Brasil acusaron a Temer de vender la Amazonía a intereses mineros extranjeros.
Kutanan Waiapi Waiana, líder de las comunidades indígenas de la región RENCA, criticó con dureza a los responsables del decreto original. Además de Temer, el ministro de Minas y Energía (MME), Fernando Coelho Filho, también firmó el documento del 23 de agosto. “Lo que resolverá el problema de Brasil es la buena administración, no la venta de nuestra riqueza. El Gobierno roba y vende lo que es nuestro frente a todos los brasileños”, afirmó Waiapi Waiana.
El aumento repentino de opinión pública negativa ha provocado que el Ministerio de Minas suspendiera toda actividad minera relacionada con RENCA durante 120 días, y el organismo declaró que, en adelante, cualquier plan de minería sería analizado solo después de un debate extenso con las poblaciones locales de la región. De las nueve áreas protegidas de RENCA, siete son Unidades de Conservación; de estas últimas, tres tienen “protección completa”, mientras que cuatro permiten el “uso sustentable” de recursos, que puede incluir la minería. El uso sustentable de las UC incluye los bosques estatales de Paru y de Amapá. La minería está prohibida en las UC con “protección integral” y en tierras indígenas.
Por último, Temer se vio forzado a revertir la abolición de RENCA debido a acciones del Congreso para restaurar la reserva. El 14 de septiembre, el diputado Ricardo Trípoli, presidente de la Comisión Ambiental de la Cámara, exigió la revocación definitiva del decreto de abolición de Temer en una carta oficial a la Jefatura de Gabinete. “El problema más serio es que en casi toda la zona de RENCA existen Unidades de Conservación, algunas de las cuales están clasificadas como protegidas por completo y son zonas donde la minería y otras actividades están prohibidas”, explica Trípoli.
El presidente también fue informado por Eunício Oliveira, presidente del Senado, de que el proyecto del senador Randolfe Rodrigues para revertir el decreto presidencial ya estaba en la lista de votación de esa semana en la Cámara de Diputados.
Otros intentaron convencer a Temer de no revocar el decreto original de abolición, incluidos los ministros Fernando Coelho Filho (Ministerio de Minas) —cuyo nombramiento el año pasado causó una total sorpresa debido a su total falta de experiencia en políticas mineras— y Moreira Franco, de la Secretaría General de la Presidencia, así como también Fabio Schvartsman, presidente de Vale S.A., la empresa minera multinacional. Vale envió más solicitudes de licencia para la explotación minera en RENCA que cualquier otra empresa, según el diario O Estado de S.Paulo. De las 154 solicitudes de exploración e investigación autorizadas para el análisis gubernamental en RENCA, al menos 104 fueron hechas por subsidiarias del grupo Vale.
En el decreto original que abolió la reserva, el Ministerio de Minas y Energía determinó que solo se analizarían los pedidos de exploración e investigación previos a 1984, año en que se creó RENCA.
Fue un exdirector de Vale Fertilizantes, Vicente Lôbo, actual secretario de Geología y Minería en el MME, quien llevó adelante la propuesta original para la abolición de RENCA. Lôbo fue nombrado por el ministro Coelho Filho, hijo del senador Fernando Bezerra Coelho, quien trabajó en estrecha colaboración con Vale S.A. cuando era miembro de la comisión para investigar la ruptura de los tanques de relave en Mariana, Minas Gerais en el 2015 (el peor desastre ambiental de Brasil, , que mató a 19 personas y contaminó quinientas millas del río Doce con desechos mineros tóxicos, lo que impactó a millones de brasileños).
En un seminario reciente para inversores en Nueva York, patrocinado por el diario Financial Times, el ministro Coelho Filho pareció descartar el papel principal que jugó la regulación gubernamental deficiente en el desastre: “Mariana… debe ser visto como lo que fue: un accidente. Debemos trabajar para asegurarnos de que no ocurran otros pero, al ser una fatalidad, no se tiene control sobre esta”.
Marcio Astrini, coordinador de políticas públicas de Greenpeace Brasil, sostuvo que, para proteger de manera eficiente la Reserva RENCA en el futuro, es necesario crear un mosaico de tierras públicas con protección total, ubicadas dentro de la reserva. Agregó que “además de la consolidación del mosaico, es esencial que el Gobierno intensifique el control y que combata las actividades clandestinas en la región”. A mediados de septiembre, Greenpeace Brasil informó sobre la presencia de 14 garimpos además de ocho pistas aéreas ilegales en el bosque Paru, ubicado en RENCA.