- El Observatorio del Bosque Chiquitano señala que son 187 focos de calor y quemas activas en áreas naturales protegidas de Santa Cruz, principalmente en la Reserva Municipal Copaibo, el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y el Área Natural de Manejo de Integrado (ANMI) San Matías.
- El gobierno de Jeaninne Añez se vio obligado a derogar el polémico decreto supremo, aprobado en el mandato de Evo Morales, que autorizaba la expansión agrícola en el Beni y Santa Cruz, y promovía las quemas controladas.
Bolivia está en emergencia. Los incendios forestales han arrasado, en lo que va del año, con una extensión que supera las 900 mil hectáreas de vegetación, según el monitoreo realizado por la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).
El fuego se ha propagado rápidamente en los últimos días en el departamento de Santa Cruz, hasta alcanzar al Parque Nacional Noel Kempff Mercado, una de las áreas más biodiversas del país declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Tras un sobrevuelo realizado el martes 15 de setiembre por las zonas afectadas en Santa Cruz, la presidenta de Bolivia, Jeanine Añez, “declaró el estado de emergencia nacional que destina rápidamente los recursos necesarios para acabar con el fuego”.
En el anuncio hecho a través de sus redes sociales, Añez también informó sobre la anulación del polémico decreto 3973, con el fin de “terminar con el desmonte y la quema indiscriminada de nuestros bosques”.
La norma a la que se refiere Añez fue emitida en julio del 2019 por el entonces presidente Evo Morales y fue catalogada como incendiaria, luego de la devastación que causaron los incendios forestales el año pasado principalmente en la Chiquitanía y El Chaco, que arrasaron con más de seis millones de hectáreas.
Esta norma modificó un decreto del año 2001 que autorizaba el desmonte solo en el departamento de Santa Cruz. Con el cambio el permiso de desbosque para actividades agropecuarias en tierras privadas y comunitarias se extendió para el departamento del Beni , y se autorizó las quemas controladas en ambos departamentos.
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Incendios en las áreas protegidas
De acuerdo con el monitoreo realizado por FAN, entre enero y agosto de este año la mayor superficie arrasada corresponde al departamento del Beni con 450 mil hectáreas quemadas, mientras que en el departamento de Santa Cruz, el territorio afectado por las llamas alcanza las 360 mil hectáreas. La información satelital de FAN también indica la pérdida, principalmente de sabana, al interior del Parque Nacional Noel Kempff Mercado.
Expertos de FAN se unieron al sobrevuelo del 15 de setiembre organizado por el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) de Bolivia, con el fin de identificar los incendios rastreros que han empezado a ingresar a la cobertura boscosa y que no han sido detectados por los satélites.
Oswaldo Maillard, coordinador del Observatorio del Bosque Chiquitano de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), le dijo a Mongabay Latam que hasta hace una semana se había registrado la pérdida de por lo menos 6000 hectáreas en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y se habían identificado también tres lugares con fuego: Porvenir, Piso Firme y el sector limítrofe con Brasil.
Maillard también mencionó que 104 mil hectáreas del bosque seco Chiquitano han sido arrasadas por el fuego. Según los análisis realizado por el Observatorio del Bosque Chiquitano —indica Maillard— el 14 % del territorio devastado por el fuego corresponde a bosques de tierra firme amazónica, así como ribereños y pantanosos; mientras que las zonas no boscosas o pampas representan el 86 % de lo perdido.
“Se han quemado principalmente las pampas. Hay un tema de condiciones climáticas por la sequía meteorológica de este año. Si se expande el fuego será más difícil de controlar”, señala Maillard.
Aunque los incendios están por debajo de las cifras alcanzadas el año 2019, todavía se teme que el fuego se torne incontrolable. “Todos los años, setiembre es el mes con mayor cantidad de incendios forestales, pero la falta de lluvias puede extender la emergencia”, comenta Iván Arnold, director de la Fundación Naturaleza, Tierra y Vida (Nativa).
“La sequía se está presentando principalmente en el Chaco y en el Pantanal, pero también afecta al Parque Nacional Noel Kempff Mercado, una zona prácticamente de transición con la Amazonía”, comenta Arnold.
El director de Nativa señala que la falta de agua por la sequía es preocupante y que las temperaturas, sobre todo en La Chiquitanía y El Chaco, bordean los 40 grados. “El bosque está seco, no ha reverdecido y la humedad es bajísima. Es un escenario para que un fuego mínimo se convierta en incendio. Una colilla de cigarro puede desatar un incendio”, comenta Arnold.
El Parque Nacional Noel Kempff Mercado tiene una extensión de un millón 523 mil hectáreas y se encuentra en la zona de transición entre el bosque seco Chiquitano y la selva Amazónica. Es un ecosistema con sabanas inundables estacionalmente, bosques, pantanos, mesetas, lagunas y bahías. Se calcula que existen 1098 especies de fauna silvestre, entre ellas por lo menos 600 de aves, así como 2700 especies de plantas.
Entre las especies amenazadas que alberga están el ciervo de los pantanos (Ozoteceros bezoarticus), el jaguar (Panthera onca), el mono tití (Callithrix argentata) y la paraba Jacinta (Anodorhynchus hyacinthinus).
De acuerdo con el último reporte del Observatorio del Bosque Chiquitano, hasta el día de hoy 17 de setiembre, existen 187 focos de calor y quemas activas en áreas naturales protegidas de Santa Cruz. De estas, 119 están en la Reserva Municipal Copaibo, 32 en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y 28 en el Área Natural de Manejo de Integrado (ANMI) San Matías.
FAN informa que precisamente estas tres áreas protegidas soportan la mayor presión de los incendios activos. “La mayor superficie de áreas quemadas se concentra en los ecosistemas de sabanas y palmares del pantanal, sabanas del Cerrado, parcialmente en bosque subhúmedo de la Chiquitania”, dice un informe de esta institución.
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Una norma polémica
En julio de 2019, la promulgación del Decreto Supremo 3973, por el entonces presidente Evo Morales, que autorizaba la expansión agrícola en El Beni y Santa Cruz, y permitía las quemas controladas, causó polémica en Bolivia.
Los expertos criticaron esta norma por la pérdida de cobertura vegetal que ocasionaría y los riesgos de incendios forestales que significaban las quemas. Meses después, la devastación de más de seis millones de hectáreas de vegetación perdidas bajo el fuego confirmaron los temores de quienes se oponían a esta norma, sobre todo porque la práctica de los chaqueos o quemas ocasiona con frecuencia estos incendios forestales.
El miércoles 16, la presidenta de Bolivia derogó esta norma como una respuesta a los incendios que nuevamente están afectando al país. Sin embargo, los ambientalistas aseguran que derogar esta norma no es suficiente para frenar los incendios y reclaman que esta decisión se amplíe a todo el paquete de normas denominadas incendiarias que fueron promulgadas durante el gobierno de Morales e incluso con Añez.
De las 14 normas que los ambientalistas reclaman sean derogadas, 11 se emitieron durante el gobierno de Morales y tres durante el mandato de Añez.
Esta recomendación también forma parte de la sentencia que emitió el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza en agosto, como respuesta a la demanda por ecocidio que presentaron organizaciones de Bolivia luego de los incendios del 2019.
Miguel Ángel Crespo, director de Probioma, señala que no se trata de un decreto, sino que se trata de un paquete de leyes y normas que promueven el incumplimento de la ley del Plan de uso de Suelos de Santa Cruz; autorizan el desmonte y el chaqueo con el uso del fuego en áreas no aptas para uso agropecuaria y permiten la introducción de soya y otros cultivos transgénicos.
“Con esta derogación no se soluciona el problema de fondo que está causando este nuevo desastre socioambiental, en momentos en que la pandemia del coronavirus esta azotando a los bolivianos y el humo de los chaqueos esta afectando el sistema respiratorio de miles de bolivianos que son presa fácil del Covid-19”, dice Crespo.
Crespo menciona que a pesar de que en enero se advirtió que el 2020 sería un año más seco, con temperaturas altas, lo cual significaba una amenaza de incendios de magnitud, el gobierno de Añez no hizo nada para prevenir los fuegos.
Si bien para Maillard la derogación de esta norma puede ayudar al control de los incendios, considera que se trata de un tema más profundo. “Hablamos de que la frecuencia de incendios están aumentando. Cada año se queman entre 3.5 a 5 millones de kilómetros cuadrados en todo el mundo. En Bolivia esto no es nuevo, porque la quema controlada es la forma más fácil y económica para limpiar áreas de cultivo”, indica.
En agosto de 2020, Mongabay Latam informó sobre los incendios transfronterizos enel Pantanal de Bolivia, Brasil y Paraguay, desde entonces estos no han cesado y se han extendido hacia la Amazonía de Bolivia.
Imagen principal: Incendio en Bolivia. Foto: Sernap Bolivia
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