La Paya es el cuarto parque nacional natural amazónico con mayor cantidad de área deforestada desde 2015: un total de 6.893 hectáreas de bosque arrasadas.Los cultivos de coca han sido un factor de deforestación en los últimos años, pero la crisis de la compra es vista como una oportunidad por las comunidades.Las dos facciones de las disidencias de las FARC han desplazado la autoridad de Parques Nacionales y prohibido el ingreso de los guardaparques. Para Javier*, la crisis de la compra de la coca en Putumayo representa un respiro pese al impacto económico negativo que ha traído a la región. Sentado en el suelo y con su bastón de guardia indígena en el regazo, cuenta que la fiebre de la coca de los últimos años ha bajado y este año ha dado un pequeño respiro a la selva que rodea su territorio y hace parte del parque nacional natural La Paya. Un respiro reciente y que no sabe cuánto durará, pues hasta el año pasado la coca azotó como nunca La Paya y los resguardos indígenas a su alrededor. Según el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), este parque natural llegó a 1.840 hectáreas de cultivos en 2022, una cifra récord y más del doble que la de 2021. Por cada hectárea de coca hay una menos de selva. “Nosotros los indígenas siona no queremos que haya más tala de bosque. Nosotros obtenemos de él la alimentación, la medicina y eso no lo queremos más en nuestro resguardo”, dice Javier. Este poblador indígena flaco y de bigote hirsuto no se siente seguro de hablar en su hogar. Tuvo que salir de su territorio para reunirse con esta alianza periodística, la cual visitó durante siete días la cuenca del río Putumayo que traslapa con La Paya, para narrar el asedio al que está sometido este parque nacional.