- Un equipo periodístico de Mongabay Latam y Ciper le puso la lupa a las denuncias que enfrenta la minera Quiborax, en Chile, por supuestamente intentar eludir la evaluación ambiental.
- Una filtración de más de un millón de correos electrónicos enviados entre altos ejecutivos de Quiborax —y que fueron cotejados con documentos oficiales— da cuenta de cómo la compañía elaboró un plan para poder extraer mineral desde zonas restringidas al interior del Monumento Natural Salar de Surire.
- Esta área protegida es uno de los principales sitios para la reproducción de tres especies de flamenco. Sin embargo, en el verano del 2022-2023, ningún polluelo nació allí, según un reporte técnico de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Quiborax es una de las empresas mineras más importantes de la región de Arica. Esta compañía extrae ulexita, un mineral que produce ácido bórico que es utilizado como fertilizante. Sus operaciones se desarrollan en el Salar de Surire, un área protegida categorizada como Monumento Natural por ser uno de los principales lugares en América del Sur para la reproducción de tres especies amenazadas de flamenco.
La extracción de ulexita está autorizada bajo ciertas restricciones ambientales que la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la entidad en Chile encargada de administrar las áreas protegidas terrestres, asegura se han incumplido causando impactos negativos sobre las poblaciones de flamencos.
Actualmente, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) investiga a esta empresa luego de que la Conaf la denunciara por intentar eludir la evaluación ambiental.
Quiborax ha negado todas las acusaciones asegurando que Conaf está malinterpretado la norma, sin embargo, un equipo periodístico de Mongabay Latam y Ciper comprobó, tras analizar una filtración de más de un millón de correos electrónicos enviados entre altos ejecutivos de Quiborax y documentos oficiales, que la empresa elaboró un plan para flexibilizar las restricciones establecidas en los permisos ambientales y poder así extraer mineral desde zonas restringidas. La fórmula ideada para saltarse las reglas en el salar de Surire, contó con la colaboración de funcionarios de una anterior administración de la Conaf en Arica.
En tres claves, te explicamos qué fue lo que encontramos.
La denuncia
Durante una fiscalización de agosto de 2022, la Conaf determinó que la empresa estaba incumpliendo restricciones ambientales y poniendo en peligro la sobrevivencia de las tres especies de flamenco que utilizan el salar de Surire para reproducirse y que justifican, en gran medida, su categoría de Monumento Natural: el flamenco james (Phoenicoparrus jamesi), el andino (Phoenicoparrus andinus) y el chileno (Phoenicopterus chilensis), todos enlistados en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
De hecho, meses después de esos hallazgos la Conaf reparó en que durante esa temporada, el verano del 2022-2023, ninguna de las tres especies de flamenco logró reproducirse en Surire.
Según observó Conaf en aquella inspección, Quiborax se había acercado hasta 500 metros de los sitios de nidificación de los flamencos, incumpliendo la restricción que la obliga a mantener una distancia de 3000 metros. Además habría extraído mineral a profundidades mayores que las autorizadas, entre otras infracciones.
La empresa negó categóricamente las acusaciones y argumentó que la directora de Conaf en la región de Arica y Parinacota, Ingrid Robles —quien luego de asumir el cargo en julio de 2022 reparó en los incumplimientos y realizó la denuncia ante la SMA— malinterpretó la norma. Además, según Quiborax, Robles no consideró los acuerdos que la compañía y la administración anterior de Conaf habían alcanzado, ignorando años de trabajo en conjunto y buenas relaciones en beneficio del Monumento Natural.
La investigación que abrió la SMA a partir de la denuncia de la CONAF sigue en curso, según confirmó la entidad.
Los correos
Mongabay Latam y Ciper analizaron una serie de correos electrónicos enviados por altos ejecutivos de Quiborax, que fueron filtrados por el grupo de hackers Guacamaya. En ellos se puede leer que no fue Ingrid Robles quien malinterpretó la norma, sino que la empresa, con la ayuda de la anterior administración de Conaf en Arica, a cargo de Héctor Peñaranda, buscó flexibilizar las restricciones establecidas en los permisos de tal manera que le fuera posible extraer mineral, al interior del Monumento, en zonas donde tenía prohibido acceder.
“Estos son los sitios que debemos consensuar con Conaf (…) Es algo a convenir. Con lo anterior liberaríamos más superficie de buena ley a extraer”, dice unos de los correos filtrados.
Aunque no es posible saber si en la filtración de correos electrónicos están las conversaciones completas o si hay vacíos, la información de los emails publicada en esta investigación fue cotejada por el equipo periodístico con documentos oficiales obtenidos por transparencia de Conaf, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), los Ministerios de Agricultura y Minería y la Secretaría Regional del Ministerio de Medio Ambiente (Seremi) en Arica.
Para obtener mayores pruebas y testimonios, el equipo de periodistas también visitó el salar de Surire, recorrió los poblados que existen en sus cercanías, entrevistó a líderes y comuneros indígenas, así como a científicos, y envió preguntas por escrito a los organismos públicos implicados que respondieron por la misma vía.
Conaf aseguró que abrió una investigación interna para indagar la relación entre los directivos de la administración anterior y la empresa minera.
Además, el Consejo de Defensa del Estado también está investigando a la empresa, mientras que el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) confirmó que Quiborax fue multada por extraer mineral desde un sitio para el que no tenía autorización. El servicio consideró como gravísima esa falta, y aplicó una sanción de 45 UTM (equivalentes a unos 2500 dólares).
Los impactos
Además de la extracción de material a profundidades mayores que 30 centímetros y acercarse hasta 500 metros de los sitios de nidificación inactivos de flamencos, la Conaf detectó —durante su inspección en el 2022— que las extracciones de Quiborax habían impulsado la aparición de lagunas artificiales en el salar.
“Este es un tema de suma sensibilidad”, escribió en unos de los correos electrónicos el asesor legal de Quiborax puesto que era posible que la Superintendencia de Medio Ambiente aludiera a un eventual daño ambiental.
“Hoy existe una franja entremedio que transforma el escenario en un ‘tablero de ajedrez’, lo que aparte de ser antinatural –desde un punto de vista ecológico y de las características propias del ecosistema del salar– podría dejar en evidencia una alteración sustancial de nuestra explotación con las consiguientes consecuencias regulatorias”, dice uno de los correos.
La gravedad del asunto radica no sólo en que esa modificación acota el espacio disponible para que los flamencos puedan anidar, sino que al remover el sustrato se reduce el alimento disponible, explicaron expertos consultados.
Para solucionar el problema, los ejecutivos de Quiborax buscaron la forma de hacer desaparecer las múltiples piscinas.
“El tablero de ajedrez debe tender a desaparecer y a transformarse en una sola gran laguna, que permita explicar y justificar –desde un punto de vista ecológico ambiental– dicha variable o nueva conformación”, escribieron. Para hacerlo, explicitaron, “el respaldo de los sectoriales, especialmente de Conaf, es esencial”.
Aunque la administración entrante de Conaf identificó en esa temporada de reproducción de flamencos —correspondiente al verano de 2022-2023— la existencia de 25 zonas con evidencias de nidificación, es decir, con nidos y hasta con huevos, estos fueron abandonados y en ninguno de los casos el proceso llegó a término, asegura un informe técnico elaborado por el Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de la Conaf en Arica.
Las razones por las que fracasó la reproducción pueden ser variadas, sin embargo, el informe de Conaf confirma las serias amenazas provocadas por Quiborax.
“Se ha hecho evidente el alto grado de modificación del paisaje, la aparición de nuevos caminos no regulados dentro del Salar, así como la remoción de sustrato en diferentes zonas, formando lagunas artificiales y zonas de anegamiento que impiden el uso del terreno por parte de los flamencos para su nidificación, además de la reducción en el alimento disponible”.
Lee la investigación completa aquí.
Imagen principal: El objetivo actual de Conaf es que la actividad de Quiborax en el Salar de Surire ingrese al Sistema de Evaluación Ambiental. Foto: Diego Figueroa / Migrar Photo
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Podcast Ambiental | Chile: La fórmula de minera Quiborax para saltarse las reglas en el Salar de Surire
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