Perú: Conservación, desarrollo económico y un nuevo gobierno bajo la lupa

¿Cómo hacemos cuando tenemos un sector empresarial con tanta fuerza o poder que se ha hecho notar, sobre todo, en estos últimos años o meses con esta exigencia de la famosa flexibilización del control ambiental? ¿Qué implica esto?

La flexibilización sería un error muy grande. No es como algunos lo pintan. Hay en cierta manera una satanización por parte de lo que es el control ambiental. Yo diría que es más bien producto de campañas que tienen una orientación muy clara, que no se metan con el sector privado y mientras menos regulación haya, se va a atraer más inversión. Lo que tenemos que hacer básicamente es influenciar a nivel del sector público y de la sociedad civil, expresarse más en la necesidad de tener inversiones y una estrategia de desarrollo sostenible, y las empresas se van a alinear. Se están alineando.

En la Amazonía hubo el caso de la soya, una vez que ‘reventó el chupo’, como se dice en Brasil, donde la tasa de deforestación era hace diez a 12 años por lo menos 10 veces más de lo que es hoy día. En un momento el sector de los exportadores y productores de soya decidió, debido a la campaña internacional de boicot a los productos de soya, sentarse y crear la mesa de la soya. Acordaron alinearse a las políticas en las que solo se compra soya en los sitios donde no hay deforestación nueva. Ese tipo de enfoque es posible en el Perú. Hoy tenemos compañías petroleras que operan con mejores prácticas.

¿Es posible combinar el desarrollo con la conservación de las áreas naturales protegidas?¿Esta fórmula funciona?

Por supuesto que funciona. En una entrevista en RPP me pidieron ejemplos concretos de actividades productivas en desarrollo. Yo vivo en Washington, hace una semana fui a Whole Foods y compré paiche peruano. Me sorprendí. Lo compré con nombre de paiche y no de pirarucú, como se usa en Brasil. ¿Y de dónde viene ese paiche? De Pacaya Samiria, en un área protegida. No era barato, pero era paiche manejado y se respetan las cuotas. Ahí tienes un ejemplo de productos de exportación que traen ingresos que se multiplican y tienen llegada directa a los pobladores de la zona. En otros temas como hidrocarburos, el Perú obviamente no puede pensar que vamos a vivir de la energía eólica, que es un plan de aquí a 40 años, pero hay que hacerlo bien y para eso existen las buenas prácticas. Como ejemplo concreto te doy Hunt Oil, al lado de la Reserva Comunal Amarakaeri. Están operando, están en la fase exploratoria y bajo criterios ambientales internacionales y nacionales y está bien.

Cuesta confiar un poco en las empresas de hidrocarburos con el historial de derrames de petróleo que hemos tenido los últimos años en Perú. Parece que es imposible que una empresa pueda trabajar adecuadamente en estas áreas.

En los 70 y 80 se usaba otra tecnología y no había estándares ambientales, hoy día esos problemas de derrames son producto de malas tecnologías y de bajos estándares. Es ahí a lo que voy, no puedes tener un desarrollo sostenible si no tienes un control ambiental, un control que no significa no lo hagas, sino hazlo bien. Para eso tienes que tener un buen plan. En esta visión de desarrollo hay que pensar: que las áreas naturales protegidas también son parte y no un obstáculo.

Reciente derrame de petróleo en Barranca, en Datem del Marañón. Foto de Barbara Fraser.
Reciente derrame de petróleo en Barranca, en Datem del Marañón. Foto de Barbara Fraser.

Esto me hace pensar en la crítica que hay hacia el rol de las instituciones ambientales u ONG que en los últimos años se han centrado más en el tema del desarrollo sostenible que en la conservación. ¿Qué opina usted de este debate? ¿De qué parte está?

Para mí los dos tienen que ir juntos. Yo no sé si estaría en ese debate, pero creo que el tema ambiental ha tenido un giro que ha sido, a mi parecer, muy dañino, que ha sido relacionado a los conflictos socioambientales. El sector ambiental ha sido tergiversado y a mi parecer ha sido secuestrado por ideologías. Eso ha alimentado la visión de “antimineros del sector ambiental se oponen al desarrollo de la inversión”. Lamentablemente, el resto del sector ambientalista responsable ha sido puesto en el mismo saco. No quiero criticar a grupos en particular, pero ha habido varios de esos. Yo sí creo en la compatibilidad del uno y el otro y tenemos algunos ejemplos concretos en Latinoamérica y en el Perú, donde se ha compatibilizado lo que es desarrollo y lo que es productividad y por supuesto el beneficio a la población.

Hidroeléctricas: ¿Una amenaza para la cuenca amazónica?

Hay un tema que podría afectar a la cuenca amazónica y son las decenas de propuestas para la creación de hidroeléctricas. ¿Cómo debe funcionar el control ambiental en estos casos? ¿Qué se puede permitir y qué se debe evitar?

La respuesta de si debe haber hidroeléctricas o no es sí, debe haber hidroeléctricas. El problema es dónde, cómo y qué tecnología se usa. Tiene que haber una mejor visión y planificación por parte del Estado. Ahora, cuando hablamos de planificación puede ser como hablarle a Dios, cuándo habido planificación en el Perú.

¿Quiénes deberían evaluar la viabilidad de un proyecto como una hidroeléctrica? ¿Solo el Ministerio de Energía y Minas?

No, y ese es justamente el rol de Servicio Nacional de Certificaciones para las Inversiones Sostenibles (Senace). Diríamos que es uno de los logros y esperamos que no lo deshaga la nueva administración. Tiene que haber planificación en todo lo que son los estudios de impacto ambiental. Cuando hablamos de hidroeléctricas no se trata de que la iniciativa sea de la compañía que diga que acá tiene que haber una hidroeléctrica. Es una evaluación de producción a nivel estratégico y tú decides si tiene que haber alguna en la parte alta de acuerdo a los mercados y a la necesidad de otros. Lamentablemente hoy día es la iniciativa de la empresa y no en base a una planificación de futuro.

Y las comunidades indígenas que viven alrededor de los lugares donde van a desarrollarse estos proyectos, ¿deberían tener voz?

Por supuesto que sí, la licencia social es necesaria hoy en día. Ese es un paso sin retorno y en buena hora, tiene que respetarse la opinión de las comunidades. Eso no significa que no se van a hacer, significa que se tiene que acordar cuáles son los procedimientos, cuáles son las compensaciones. Hay otros casos que no tienen que ver con esto, pero por ejemplo el nuevo gobierno entra con el pie en alto diciendo que va a destrabar algunos proyectos y a flexibilizar, y hay que tener mucho cuidado con esa palabra. Ya han puesto algunos objetivos, entre ellos el tema de la minería y Tía María y Conga, pero también han salido a decir que si no tienen licencia social no se hace. Han sido inteligentes porque hoy sin la licencia social no se hace.

Las causas de la deforestación

¿No cree que a veces con la categorización de una nueva área natural se puede frenar problemas como la tala ilegal o la minería ilegal?

La categorización o la propuesta de una zona reservada da herramientas legales que permiten un mejor control, un mejor manejo, no es la panacea pero sí da las herramientas legales. Por ejemplo, si no hay un área  protegida, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) puede otorgar algunos permisos de minería de tajo abierto en un sitio extremadamente frágil, o Agricultura puede estar simplemente cerrando los ojos y dar permisos agrícolas en zonas de pendiente que no van a durar ni tres años. Entonces, [la categorización] sí te da algunos argumentos legales para frenar planes estúpidos y también de intereses que no son de largo plazo.

En los últimos años los problemas que más se han reportado son los de la tala ilegal y la minería ilegal. ¿Cómo los analiza?

Cuando tú ves la información sólida que hay, datos, mapas satelitales, la minería representa un 3 a 5 por ciento en la deforestación; la palma africana en un año representó un 1.5 por ciento y el año pasado ha sido de cero punto y tantos. Si lo ves en los términos más macro es relativamente irrelevante. En la minería el tema no es irrelevante porque el impacto de la minería no es la deforestación, sino la contaminación de los ríos y los efectos en la salud. Es un problema social, un tema de trata de menores, prostitución, drogas, de delincuencia. En términos de deforestación, la mayor cantidad se da en un eje de la selva central en Huánuco, parte de Amazonas, parte de Junín, y la mayor parte de la deforestación se da en parcelas pequeñas, no es como en Brasil que se da en grandes extensiones. Estamos hablando de pequeñas parcelas de una hectárea, de menos de una hectárea, de especuladores de tierras. Hoy más que nunca la propiedad de una tierra tiene mucho valor, entonces hay un tema permanente de expansión desenfrenada de la agricultura o de la ganadería, pero no porque vayan a ganar dinero con la ganadería, es una forma de ocupar las tierras.

La deforestación en la región de Huánuco se desarrolla desde hace dos años.Imagen: MAAP/Digital Globe (NextView).
La deforestación en la región de Huánuco se desarrolla desde hace dos años. Imagen: MAAP/Digital Globe (NextView).

¿Qué podríamos hacer en esos casos?

El problema de Perú en este caso es la gobernabilidad, no es un tema de pobreza. Cuando la ilegalidad no tiene costo, la gente se va por ahí. En los últimos 10 años la pobreza ha bajado a casi la mitad, sin embargo las actividades ilegales como la tala ilegal están de subida porque la gobernabilidad bajó, el control bajó. Lo que tienes que hacer es que el costo de la ilegalidad sea mayor. Hoy en día si te agarran con una draga, te la decomisan y te vas tranquilo. Te agarran con un kilo de coca y te vas a la cárcel. Tenemos que reforzar las organizaciones de gobierno a los diferentes niveles, tiene que haber mayor control y un ofrecimiento de alternativas. Es cierto que la tala ilegal es una lacra, tiene muchos efectos sociales como asesinatos o mafias, sin embargo no es tan complicada como la vemos. La minería ilegal sí es horrible pero por otras razones, porque en temas de deforestación no es el principal factor. El problema con la tala ilegal es que le estamos sacando el valor al bosque sin ningún tipo de control, estamos quitándole el derecho a comunidades locales que deberían ser las que lo aprovechen. Por supuesto también está todo el efecto social que viene con la corrupción.

El nuevo gobierno y las tareas pendientes

Quería preguntarle sobre el nuevo gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ¿Cuáles son los retos, las preocupaciones y qué significa tener una ministra del Ambiente con una experiencia más enfocada en lo económico? ¿Cómo analiza este panorama?

Estamos en un momento de incertidumbre, tenemos que esperar que se posicionen y empezar a ver las lecturas en base a los funcionarios que se escojan, las políticas que se van definiendo. Sin embargo, lo que sí podemos comentar a priori es la composición del Gabinete y también los ofrecimientos y las prioridades que han ido en cierta manera anunciando el presidente y sus ministros. Hay varias cosas que son muy preocupantes. Por ejemplo el hecho de que la mayoría de personas del Gabinete son economistas, esa flexibilización de los controles ambientales…

Se habló en un momento de la idea de que el Ministerio del Ambiente sea absorbido por otro ministerio.

Felizmente el presidente no lo ha vuelto a mencionar, pero sí ha mencionado por ejemplo el gran énfasis que va a hacer en el impulso a las inversiones, esperemos que no esté relacionado a la baja de los estándares. Sabemos el nombre de la ministra, pero todavía no sabemos quiénes van a estar en los puestos claves, es decir, en los viceministerios y en el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Estamos un poco temerosos de cuál va a ser la actitud en relación a ministerios como el de Energía y Minas, pero es un poco prematuro para hacer juicios. Sin embargo, en cuanto a los nuevos anuncios del presidente hay que tener cuidado, él se ha lanzado con algunas cosas que son extremadamente peligrosas y que también te dicen algo. Por ejemplo, ha anunciado un empuje carretero fuerte: la carretera de Saramiriza con Iquitos o la de Pucallpa a Cruzeiro do Sul (Brasil), al lado de Sierra del Divisor, y esos proyectos yo los conozco muy de cerca.

Y ¿cuál es su evaluación de estos?

Son corrupción. No tienen ninguna base económica y me sorprende que siendo economistas, o los han engañado o tienen otra visión. Yo me inclino más a que los han engañado.

Podrían decir que las comunidades de la zona necesitan una salida para sus productos.

Es que no hay comunidades. Cuando se propuso la carretera Interoceánica Sur, que dicho de paso existía cuando se pavimentó, el presupuesto era de 600 millones de dólares, pero cuando se terminó costó 1700 millones de dólares. Se vendió con el argumento de que por ahí iba salir la soya de Brasil. ¿Cuántos granos de soya han salido? Cero. Con esa carretera Pucallpa-Cruzeiro do Sul, donde no tienes poblaciones en el medio, no estás uniendo dos sectores productivos. Esa carretera costaría mínimo 700 millones de dólares y no tiene ningún sentido, y lo mismo con otros casos. Hace una semana hubo el anuncio de una asociación que está lanzando un proyecto de inversión en trenes que al final lo pagamos tú y yo, pero el negocio ahí no es lo que va a hacer ese tren, sino la construcción del tren. Si hacemos inversiones, tenemos que analizarlas bien, un análisis de costo-beneficio y, por supuesto, la licencia social.

De pronto sería bueno que no se tarde en categorizar esas dos áreas que están pendientes ahora mismo.

Dentro de esa deuda que es la protección de nuestro patrimonio está Yaguas, un área que está a la espera [de la categorización]. Aparte de su importancia biológica tiene una gran importancia al ser el semillero de los peces amazónicos. Y así como Yaguas, tenemos muchas áreas regionales que han tenido problemas para entrar al nivel del Sernanp. Hay una docena de áreas regionales que están a la espera y que son importantísimas en términos económicos, turísticos y productivos, y que también protegen ese patrimonio. La legislación es otro tema. El del cambio climático otro más, y allí hay bastantes compromisos. Esperemos que Pedro Pablo Kuczynski se dé cuenta del avance que ha tenido el Perú y que no lo perdamos. Hay fondos de inversión, por ejemplo el Fondo Verde, que tienen 11 mil millones de dólares a la espera y no tienen proyectos. El Perú tiene la oportunidad de ser la estrella y presentar proyectos a ese nivel, y en eso tiene que haber una mayor coordinación de diferentes instancias.

Esa va a ser una de las grandes tareas de la nueva ministra del Ambiente

Ojalá. Todavía no he escuchado una sola palabra suya, no ha declarado nada hasta ahora. Debemos ser optimistas pero estar despiertos, no cerrar los ojos ni confiarnos. Creo que el rol de la sociedad civil hoy en día es mayor y muy poderoso. El sector ambiental tiene que hacer ahora una recomposición y ganar el lugar que teníamos de ser los responsables, no ser identificados como los “antidesarrollo”.

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