- A fines de enero, la administración Trump anunció que avanzará con planes para construir 'el muro' a lo largo de la frontera sur con México.
- Según el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, un muro inexpugnable que atraviese toda la frontera de 2000 millas entre los dos países podría "impactar potencialmente" a más de 111 especies amenazadas, 108 especies de aves migratorias, cuatro refugios de vida silvestre y criaderos de peces, y un numero desconocido de humedales protegidos.
- Esta nota es un artículo de opinión. Las opiniones expresadas son las de la autora, no necesariamente de Mongabay.
La nueva administración del presidente Trump en los Estados Unidos trae consigo una ola de cambios en las políticas y la agenda que tienen un impacto negativo en el estado del medio ambiente a escala nacional y global. Entre ellos están un impulso para el aumento de la perforación petrolera, el rechazo al cambio climático el cual controla la energía y las prioridades ambientales, y un fervor anti-regulación que podría conducir a mayores emisiones de CO2 y la contaminación de las industrias manufactureras y del carbón.
A fines de enero, la nueva administración también anunció que avanzará con planes para construir “el muro” a lo largo de la frontera sur con México. El muro no solo presenta preocupaciones humanas, fiscales e internacionales, sino que también tendrá un impacto adverso en la vida silvestre y el medio ambiente.
La naturaleza no se adhiere al concepto humano de fronteras: las especies deben cruzar paisajes y biomas para encontrar alimento y parejas. La región de México-Estados Unidos es un ecosistema rico, hogar de una diversidad de mamíferos, aves y plantas. El Valle del Río Grande, de hecho, es uno de los lugares más biodiversos en América del Norte. Según el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, un muro inexpugnable que atraviese toda la frontera de 2000 millas entre los dos países podría “impactar potencialmente” a más de 111 especies amenazadas, 108 especies de aves migratorias, cuatro refugios de vida silvestre y criaderos de peces, y un numero desconocido de humedales protegidos.
Ya existe una serie de muros y vallas que se extienden de California a Texas en la frontera entre los Estados Unidos y México, la cual tiene un impacto perjudicial en la vida silvestre, incluyendo el icónico correcaminos del suroeste (Geococcyx californianus) y el borrego del desierto (Ovis canadensis nelsoni). Los científicos han encontrado que el gato montés de Norteamérica (Lynx rufus) camina grandes distancias para cruzar al otro lado de su hábitat. Como dijo Hilary Swarts, bióloga del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (FWS), a Newsweek el año pasado: “Partiendo desde la premisa que los animales viajan tanto como sea necesario para cruzar, pero no más, esto sugiere que algo les obliga a usar ambos lados, aun teniendo que caminar un kilómetro adicional para rodear esta barrera”. Cerrar los corredores que queden sin duda dificultará la supervivencia de las especies.
El “muro de Trump” podría significar el fin de los jaguares en los Estados Unidos, el declive de los lobos grises y los ocelotes en las regiones del sur, y graves impactos en el águila calva —símbolo de la libertad en Estados Unidos. Estos depredadores son sinónimo de un ambiente saludable. La creación de barreras artificiales, como el muro de la frontera, conduce a poblaciones pequeñas y aisladas, y con el tiempo las especies afectadas se debilitan, se entrecruzan y son vulnerables a las enfermedades.
Un ejemplo de una especie que se convirtió en endogámica debido al aislamiento causado por los humanos es la pantera de Florida. La gama de la pantera de la Florida se extendió alguna vez a través de los EE.UU., de Luisiana a la Florida, pero la especie ahora se limita a apenas la extremidad meridional de la Florida. Hoy en día se desplazan en una pequeña fracción de su rango histórico y tienen cortado el acceso a otras poblaciones de pantera —que en última instancia, conduce a la endogamia y la enfermedad, ya que la naturaleza requiere diversidad genética para garantizar poblaciones saludables.
Además de leyes como la Ley de Agua Limpia y la Ley de Aire Limpio, entre otras, avanzar en la construcción de un muro fronterizo impenetrable normalmente parece ser una violación de la Ley de Especies en Peligro de Extinción. El sitio web del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos dice: “El propósito de la ESA es proteger y recuperar las especies en peligro y los ecosistemas de los que dependen”. Sin embargo, bajo la Administración Bush, el Departamento de Seguridad Nacional renunció a más de 30 leyes ambientales y culturales para permitir la construcción de muros fronterizos en nombre de la seguridad nacional —a pesar de que el impacto verificable de la regulación de la frontera ampliada sobre la seguridad nacional ha sido cuestionado por algunos grupos.
El apoyo para construir el muro es parte de un problema sistémico de la nueva administración, la cual tiene un profundo desprecio por la ciencia y no parece considerar los impactos ambientales ni respeta los derechos humanos. Los ecosistemas fluyen suavemente el uno hacia el otro y no se detienen ante la visión de líneas y fronteras artificiales —los paisajes de los lados estadounidenses y mexicanos de la frontera son iguales, porque ni la naturaleza ni los animales distinguen las fronteras de nuestros países. Tal vez los seres humanos deben tomar esta señal de la naturaleza. En lugar de agrandar profundas divisiones artificiales que debilitan nuestra resistencia, debemos adoptar similitudes y extraer fuerza de la diversidad.
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 14 de febrero de 2017.
