En la Zona Humanitaria del oeste de Colombia, los líderes comunitarios, sin pelos en la lengua, temen por sus vidas después de que otros 32 activistas ambientales y defensores de la tierra fueran asesinados el año pasado en su paísSus miedos estaban bien fundados: Colombia es el segundo lugar más peligroso en el mundo para los líderes ambientales y los defensores de la tierra CARMEN DEL DARIÉN, Colombia – Los líderes comunitarios en Chocó en el occidente de Colombia reclaman al gobierno que garantice su seguridad después de recibir amenazas constantes por parte de individuos que acusan de trabajar para los propietarios de negocios de la agroindustria locales y nacionales. Dicen que esos intereses comerciales están ocupando e invadiendo sus tierras y se niegan a permanecer en silencio a pesar de la reciente violencia en la zona. En noviembre y diciembre de 2017, dos defensores de la tierra en comunidades cercanas fueron supuestamente asesinados por sicarios paramilitares en un plazo de unos diez días: Mario Castaño y Hernán Bedoya. Después de las muertes de Castaño y Bedoya, representantes de la región viajaron a la capital, Bogotá, este pasado diciembre con el grupo de los derechos humanos colombiano, la Comisión Intereclesial por la Justicia y la Paz en Colombia (CIJP). Su objetivo era denunciar la amenazas que circulan ampliamente contra otros defensores de la tierra destacados, parecido a un informe reciente publicado conjuntamente por el diario The Guardian y Global Witness, como parte de un esfuerzo por documentar todos los asesinatos en el mundo. El informe subrayó que 32 ecologistas y defensores de la tierra fueron asesinados solo en Colombia en el 2017, que ocupa el segundo lugar después de Brasil. Hernan Bedoya. Foto cortesía de Frontera Invisible Sobre todo en los municipios en el occidente de Chocó de Carmen del Darién y Riosucio, donde la presión violenta de todo tipo continúa aumentando. El 28 de enero, el Defensor del Pueblo colombiano emitió una advertencia por el “riesgo inminente” al que están expuestas 32 000 personas debido a la confrontación armada entre la guerrilla del ELN y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), un grupo neoparamilitar. El informe dice que ambos grupos armados ilegales se han aprovechado de la desmovilización de las guerrillas de las FARC para consolidar el control territorial en la región que está habitada por seis comunidades indígenas y 12 territorios colectivos afrocolombianos. Además, el informe hizo un llamamiento al ejército, la policía y las entidades gubernamentales locales para que proporcionasen “mecanismos de protección” a los líderes amenazados en la región. Mapa del Tapón de Darién y la interrupción en la Carretera Panamericana entre Yaviza, Panamá y Turbo, Colombia. Mapa de los contribuidores de CMG Lee y OpenStreetMap. Según la CIPJ, los ganaderos y los productores de aceite de palma y de plátanos han contado con el apoyo de las AGC para intimidar, amenazar y matar a los líderes comunitarios que están defendiendo sus tierras de la expansión de la agroindustria y los intereses de la tala comercial en la región. Chocó es donde está más de la mitad de toda la cubierta forestal perdida en Colombia debido a las actividades mineras. Un representante de la CIPJ que trabaja en la zona pero que ha pedido no ser identificado por motivos de seguridad dijo que las empresas de la agroindustria en la zona están enviando productores delegados dentro del territorio colectivo con el objetivo de invadir las granjas de los demandantes de las tierras. Según el miembro del personal de la CIPJ, el objetivo es “expandir la frontera agrícola y la extracción de la madera” e la entrada, en gran medida sin desarrollar, de la remota selva tropical sin carreteras del Tapón del Darién. El parque nacional del Tapón de Darién son 6o millas de selva tropical, pantanos y montañas que están entre Colombia y Panamá. Es una brecha sin terminar en la Carretera Panamericana que un día conectará América del Norte y América del Sur. Lee más | Reserva Biológica Encenillo: uno de los bosques altoandinos mejor conservados de Colombia Medidas de seguridad De vuelta en Carmen del Darién, María Chaverra es uno de los nombres que la CIPJ y otros miembros de la comunidad han dicho que fue señalada como un objetivo de los sicarios paramilitares y los agricultores industriales. A sus 67 años, Chavera es una líder vocal y aboga por los derechos de la tierra de los campesinos desplazados de Curvaradó. La CIPJ se refiere a ella como una “matriarca de la comunidad”. Como explicó por ella su hijo Wilson Martínez, “No hay nadie más como [Chaverra]… vamos donde ella nos dice, todos la respetamos y seguimos su palabra”. Chaverra dijo que hubo llamadas amenazadoras en diciembre al teléfono de la comunidad. Un interlocutor anónimo señaló a Chaverra como “uno de los líderes” que estaban buscando.