- Noblella losamigos es el nombre científico del anfibio que ha sido encontrado en la cuenca del río Los Amigos, en la Amazonía peruana.
- Dos lagartijas fueron halladas en la costa peruana, en las regiones de Ica y Moquegua, mientras una tercera se encontró en Ayacucho, en los Andes de Perú.
Una rana muy pequeña, que apenas supera un centímetro de tamaño, es el reciente hallazgo de un equipo de científicos que investiga la presencia de anfibios en los bosques del sur de Perú.
El anfibio ha sido bautizado como Noblella losamigos, porque su descubrimiento se dio en la Estación Biológica Los Amigos, establecida hace casi veinte años en Madre de Dios por Conservación Amazónica (ACCA). La nueva especie habita también los bosques montanos del Valle de Kosñipata, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu.
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
A este hallazgo se suma también el descubrimiento de tres nuevas lagartijas del género Liolaemus montanus, especies que fueron encontradas en la costa y sierra peruanas por un equipo de científicos liderado por César Aguilar, jefe del departamento de Herpetología del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En mayo de este año también se reportó el hallazgo de otra diminuta rana (Noblella thiuni) y una serpiente acuática (Hydrops triangularis) encontradas en los bosques del sur de Perú. Todos estos nuevos descubrimientos demuestran que aún hay mucho por investigar en el campo de la herpetología en Perú.
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La historia de los amigos
“Es muy difícil encontrar a las ranitas que viven en la hojarasca. Son muy pequeñas, de apenas 1 centímetro de tamaño. Si no saltan es imposible verlas”, explica Alessandro Catenazzi, científico de la universidad de Florida que formó parte del equipo que descubrió a la Noblella losamigos.
El científico señala que existen especies de anfibios que solo viven dentro de las hojas secas, por ello, para ubicarlas se tiene que remover este material orgánico. “Falta descubrir mucho en estos espacios y la única forma de hacerlo es preparando parcelas de hojarasca”, cuenta Catenazzi, quien desde 1996 ha contabilizado 500 de estas superficies en el Parque Nacional del Manu.
Según la investigación publicada en la revista Diversity, la nueva especie tiene una longitud de entre 9.0 y 13.6 milímetros, aunque las hembras son más grandes que los machos. Esta variedad de Noblella figura entre los anuros más pequeños, un rasgo común de muchas ranas de hojarasca, se explica en la publicación.
Las diversas especies que habitan dentro de la hojarasca se parecen mucho, generalmente son de color marrón, similares a las hojas secas, incluso existe semejanza entre ranitas que pertenecen a especies y familias diferentes, y que habitan en diferentes países.
Dichas similitudes dificultan su reconocimiento, por lo tanto, señala Catenazzi, los estudios genéticos permiten tener la certeza de que se trata de una nueva especie.
“Nuestros análisis incluyeron secuencias de ADN de especímenes colectados en selva baja y en bosque montano”, precisa el científico Rudolf von May, profesor asistente en la California State University Channel Islands, quien también formó parte del equipo de investigadores que concretaron el hallazgo.
Esta nueva especie ha sido ubicada en un amplio rango de elevación, entre los 200 y 1500 metros de altura, es decir, habita tanto las tierras bajas de la selva como en los bosques de los Andes amazónicos.
Von May detalla que la Noblella losamigos cuenta con varias poblaciones que habitan áreas naturales protegidas como el Parque Nacional del Manu, la Reserva Nacional Tambopata, la Reserva Comunal Amarakaeri y sus respectivas zonas de amortiguamiento, así como la Concesión para la Conservación Los Amigos y el Valle de Kosñipata.
“La deforestación como consecuencia de actividades ilegales, incluyendo la minería de oro, la tala y la quema indiscriminada de bosques son sus principales amenazas”, señala von May. Otro riesgo para esta especie es el aumento de temperatura debido al cambio climático, según se explica en un estudio recientemente publicado en la revista Plos One.
Para Roy Santa Cruz, investigador del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, el hallazgo de esta pequeña rana refleja el intenso trabajo de los investigadores en las denominadas parcelas de hojarasca, una metodología que consiste en evaluar detalladamente espacios de 100 metros de hojas secas como hábitat para estas especies. “Se llama Noblella losamigos por el río Los Amigos, ubicado en Madre de Dios, así como por todas las amistades que se formaron en el trayecto”, escribió en su cuenta personal de una red social.
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Las lagartijas de Ica, Moquegua y Ayacucho
Durante siete años el herpetólogo César Aguilar, del Museo de Historia Natural de la Universidad San Marcos, recorrió casi todo el Perú en busca de nuevas especies de lagartijas.
Fueron cuatro expediciones como líder de un equipo de científicos —financiados por National Geographic— que lo llevaron por la costa y los Andes peruanos en busca de nuevas especies de Liolaemus montanus, un grupo de lagartijas que formaban parte de su investigación de doctorado en la Brigham Young University de Estados Unidos.
“Liolaemus montanus es un grupo grande con 250 especies, 60 de ellas están en Perú, Chile, Bolivia y Argentina. Las peruanas y bolivianas son las menos estudiadas”, manifiesta Aguilar.
Cada una de las lagartijas descubiertas por Aguilar tiene su historia y está descrita en el artículo académico publicado en la revista científica Diversity, el 11 de setiembre de este año.
Para encontrar la Liolaemus nazca —cuenta el herpetólogo— tuvo que realizar dos viajes, pues en su primera visita a Nazca, en la región Ica, no pudo recolectar ni un solo animal. “Es una especie que vive en los agujeros de las lomas. Viajé entre abril y agosto, una época fría, y no encontré ninguna”, cuenta Aguilar, quien tuvo que regresar en la temporada cálida para ubicarlas.
Su nombre responde a un homenaje a la cultura Nazca —que surgió entre los años 100 a 800 de nuestra era— pues entre las famosas líneas de Nazca existe una imagen que representa a un lagarto.
La Liolaemus nazca habita entre los 450 y 700 metros de altura, en una zona que se caracteriza por tener arbustos bajos y suelos arenosos. Aquellos especímenes que logró ubicar Aguilar y su equipo de herpetólogos se encontraban en una concesión minera, sin embargo, se sabe que esta especie también vive en la Reserva Nacional San Fernando, un área natural protegida a cargo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
La segunda especie de lagartija descrita por Aguilar es la Liolaemus chiribaya cuyo hábitat corresponde al distrito de Torata, provincia de Mariscal Nieto, en la región Moquegua. Esta especie vive entre los 2600 y 3000 metros de altura, debajo de rocas o en zonas desérticas con cáctus y pequeños arbustos, y fue ubicada en una concesión minera.
Su nombre también le rinde homenaje a una cultura prehispánica, Chiribaya, que se instaló en la cuenca del río Ilo entre los años 900 y 1350 de nuestra era.
En la Liolaemus nazca destacan los parches de escamas verde esmeralda sobre un fondo amarillo brillante, que resaltan junto al marrón de su región dorsal. Mientras que la Liolaemis chriribaya tiene colores colores naranja, turquesa y marrón.
“Es difícil identificar las diferencias entre las Lioalemus, pero cuando vi unas fotos que me llegaron de una lagartija de Moquegua me di cuenta que se trataba de una nueva especie. Fui a buscarla y así encontré esta nueva especie para la ciencia”, comenta Aguilar.
A diferencia de las dos anteriores que habitan en la costa del Pacífico, su tercer descubrimiento lo hizo en los Andes peruanos, en la provincia de Huamanga, Ayacucho, a una altura que va entre los 4175 y 4252 metros de altura.
Aguilar decidió llamarla Liolaemus victormoralesii, en homenaje a Víctor Morales, un destacado herpetólogo peruano que falleció en el año 2018.
Estas nuevas especies para la ciencia no están libres de amenazas. Aguilar explica que aquellos animales que se encuentran dentro o cerca de las concesiones mineras corren el riesgo de desaparecer. Además, la pérdida de su hábitat como consecuencia del avance de la urbanización es una presión constante sobre la supervivencia de estas lagartijas.
El investigador del museo de San Marcos hace otra precisión con relación a sus descubrimientos: “La importancia al darle un nombre a una nueva especie y describirla significa que puede ser evaluada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) e ingresar a la lista de especies protegidas si es necesario”.
Durante sus expediciones, Aguilar ha recolectado otras especies que aún están en proceso de análisis. “El siguiente grupo corresponde a lagartijas halladas en el altiplano, pero dependeré de los análisis genéticos para determinar si hay especies nuevas”.
*Imagen principal: Noblella losamigos. Foto: Alessandro Catenazzi
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