- La industria de la palma tiene larga data en Sudamérica: como mínimo, lleva 40 años ganando terreno, literalmente.
- Existen perfiles mixtos de productores de este óleo que, en la última década, han empezado a acercarse.
- Esto se debe a las crecientes demandas mundiales que, paradójicamente, a futuro podrían permitir que la palma deforeste menos.
La palma aceitera se adapta muy bien a las condiciones ecológicas y climáticas de los trópicos, y su cultivo en Sudamérica se ha expandido de forma constante en las últimas tres décadas. La superficie cultivada ha experimentado un notable aumento en su ritmo de crecimiento durante los últimos 10 años, por lo que el aceite de palma se ha convertido en el segundo mayor impulsor mundial de deforestación.
Cabe resaltar que su expansión en la Amazonía viene acompañada de una preocupación generalizada por la reproducción de malas prácticas en el uso de la tierra que, lamentablemente, caracterizan a la industria en otras partes del mundo. Tal preocupación se sostiene en el modelo empresarial predominante que combina la propiedad de plantaciones a gran escala con la explotación de fábricas de procesamiento industrial.
La moderna corporación del aceite de palma es un ejemplo clásico de beneficios con integración vertical y economías de escala, donde de igual forma algunas empresas invierten en sistemas de transporte, refinerías y empresas manufactureras que transforman el aceite de palma crudo en un bien de consumo. La industria aporta múltiples beneficios sociales y económicos a sus países anfitriones al mejorar la seguridad alimentaria, la balanza comercial, los ingresos fiscales, la creación de empleo y el crecimiento económico en las zonas rurales.

Dicho modelo de negocio a escala industrial depende de la compra de grandes extensiones de tierra, como mínimo de 5.000 hectáreas, pero a menudo de hasta 50.000 hectáreas. Estas son difíciles de adquirir en zonas que ya han sido deforestadas, especialmente en aquellos países en desarrollo donde los fenómenos migratorios del pasado y los débiles sistemas administrativos han hecho que la tenencia de la tierra sean caótica e insegura.
Las corporaciones aceiteras han utilizado su influencia política para acceder a tierras públicas en las áreas forestales y evitar así el costo adicional de adquirir tierras en lugares ya deforestados. Históricamente, éste ha sido el modelo de negocio predominante para las empresas de aceite de palma en la Panamazonía; sin embargo, algunos países han cambiado en sus prácticas desde aproximadamente el año 2000.
Es un hecho que estas empresas actúan como causa próxima y directa de la deforestación cuando adquieren tierras con vocación forestal y establecen nuevas plantaciones. No obstante, las grandes corporaciones integradas verticalmente también funcionan como motor último o indirecto de deforestación, porque gestionan cadenas de suministro que comercializan el aceite de palma en los mercados de consumo.

Los evidentes vínculos entre el cultivo de la palma aceitera y la deforestación han motivado que múltiples organizaciones ecologistas critiquen enérgicamente la industria, generando numerosas campañas y boicots en los últimos 20 años.
Aunque las grandes corporaciones dominan la mayoría de las zonas de cultivo de palma aceitera, sobre todo en el sudeste asiático, suelen coexistir con pequeños propietarios y productores independientes que también buscan beneficiarse de un sistema de producción rentable. En la mayoría de los casos, los pequeños productores dependen del servicio que les prestan los grandes molinos para poder luego comercializar su producción.
A veces, esta coexistencia puede evolucionar hacia una asociación más fuerte en la que la empresa proporciona apoyo técnico o se compromete a acuerdos de compra a largo plazo. En todos los países sudamericanos existen áreas productivas mixtas, en las que la abundancia relativa de los distintos tipos de productores es consecuencia de las fuerzas del mercado, los fenómenos sociales y las políticas públicas propias de cada país.
La presencia de diversos tipos de productores abre la puerta a modelos empresariales alternativos que desvinculan la deforestación del establecimiento de nuevas plantaciones de palma aceitera. A diferencia de los operadores a escala industrial, los pequeños propietarios y los productores independientes tienen más probabilidades de plantar en zonas previamente deforestadas. En el caso de los pequeños propietarios, muchos poseen fincas que fueron ocupadas en décadas anteriores y ahora están adoptando el cultivo de la palma aceitera porque es más lucrativo.
Los independientes son un grupo diverso, algunos son solamente empresarios urbanos que invierten con expectativas de crecimiento futuro; mientras que otros son pequeños propietarios de éxito que compran y consolidan sus propiedades para beneficiarse de las economías de escala. Estos son más propensos a deforestar tierras que los pequeños propietarios, pero también a poseer propiedades que han sido previamente deforestadas, sobre todo fincas ganaderas.
La era de la expansión a escala industrial de las plantaciones de palma aceitera a expensas del hábitat forestal puede haber llegado a su fin en la Panamazonía. Hay múltiples razones para que esto ocurra y difieren en cada país, pero la motivación es la misma: los productores buscan penetrar en los mercados de exportación y la demanda mundial de aceite de palma libre de deforestación ha creado una oportunidad posible. Las empresas más astutas han reconocido que las mejores oportunidades de crecimiento pasan por asociarse con los pequeños propietarios y los productores independientes que, en la actualidad, poseen u ocupan la mayor parte de las tierras previamente deforestadas y pueden convertirse en plantaciones de palma aceitera.
Imagen principal: El aceite de palma proviene del fruto de la palma aceitera. Crédito: Kimberley Brown.
“Una tormenta perfecta en la Amazonía” es un libro de Timothy Killeen que contiene los puntos de vista y análisis del autor. La segunda edición estuvo a cargo de la editorial británica The White Horse en el año 2021, bajo los términos de una licencia Creative Commons – Licencia CC BY 4.0).