La urgencia del planeta para enfrentar la crisis climática y transitar a fuentes y sistemas de energía limpias pone sobre la mesa otro problema global: la necesidad de extraer más minerales para la producción de tecnología menos contaminante.Perú tiene un rol activo como proveedor de estos minerales, considerando que puede ofrecer ocho de los que se requieren para la transición energética.Un total de 220 empresas mineras acumulan 5740 multas que suman 215 381 unidades impositivas tributarias, un equivalente a 11 92 121 soles. La comunidad campesina de Quelccaya, en los Andes peruanos, lleva el nombre del glaciar tropical más extenso del mundo, un nevado que está perdiendo su capa blanca de hielo por efecto del cambio climático. Es el pueblo más cercano a los picos del glaciar —entre todas las comunidades del distrito de Corani, en Puno— y está situado por encima de los 3900 metros sobre el nivel del mar. La majestuosidad y riqueza del paisaje que rodea a la pequeña comunidad, sin embargo, contrasta con los niveles de pobreza de esa localidad. Y esa es solo una de las tantas contradicciones que existen. A pesar de que el nevado es uno de los principales proveedores de agua para las poblaciones alrededor, el Estado ha otorgado concesiones mineras que se superponen con el glaciar y que ponen en riesgo las fuentes de agua. La comunicación telefónica en la comunidad Quelccaya es escasa, apenas si se puede captar una señal de telefonía móvil, pero en su territorio se almacena uno de los minerales clave para fabricar baterías de teléfonos y otros equipos tecnológicos de última generación: el litio. Reservas de litio se han encontrado cerca del nevado Quelccaya, en Puno. Foto: Vito Calderón / DHUMA. Precisamente, esas cinco letras tienen hoy en alerta a las comunidades. Sus habitantes y autoridades se preguntan cuál podría ser el impacto futuro de esa extracción. “Hasta el momento solo ha habido exploración. Obviamente es una amenaza si se da una situación de explotación. Habrá que estudiar bien porque directamente puede ser afectado el nevado”, dice el alcalde de Corani, Patricio Dávila. La autoridad se refiere al proyecto minero Falchani para la exploración y explotación de litio que llegó a los territorios de las comunidades en el 2018, de la mano de la empresa minera Macusani Yellowcake, filial en Perú de la canadiense Plateau Energy Metals, que en el 2021 se convirtió en subsidiaria de la también canadiense American Lithium. El litio forma parte de la larga lista de los minerales críticos —también denominados estratégicos— para la transición energética. Se denominan críticos por su importancia en la industria pero en riesgo de escasez. Su uso más frecuente y de mayor demanda está en la fabricación de baterías para celulares, para computadoras portátiles y otros equipos tecnológicos incluidos los vehículos eléctricos. El litio, por lo tanto, se ha posicionado como un mineral codiciado para los países industrializados y empresas transnacionales en un mundo que se está planteando dejar de quemar combustibles fósiles y apostar por energías renovables. Pero no es el único mineral relevante en este proceso de transición energética. La lista incluye metales largamente explotados como el cobre, la plata, el hierro y otros menos conocidos como el níquel, cobalto, cromo, grafito, manganeso, molibdeno y zinc. A esta relación se suman también las llamadas tierras raras, elementos que son determinantes, por ejemplo, para que podamos ver los colores en la pantalla de un celular.