Se suele decir que las carreteras en zonas remotas para proyectos petrolíferos en el Amazonas tienen pocas consecuencias, pero de hecho, están teniendo un gran impacto en las ranas que viven en las flores de las partes más altas del dosel, según afirma una publicación en PLOS ONE. En el Parque Nacional del Yasuní en Ecuador, crecen grandes bromelias de la parte alta del dosel de los árboles tropicales altos que pueden contener hasta cuatro litros de agua estancada. Los investigadores han encontrado una gran diversidad de vida que habita en esas micropiscinas, entre las especies encontradas varias son especies de ranas. Sin embargo, a pesar de que estas ranas viven hasta 50 metros por encima del suelo del bosque, un nuevo estudio ha descubierto que la proximidad a las carreteras de proyectos petrolíferos disminuye las poblaciones de las ranas de zonas altas.
“Nuestros descubrimientos sobre la significativa reducción de la abundancia y ocupación de las ranas a lo largo de la carretera de Maxus fueron en cierto modo inesperados, ya que esta carretera tiene una anchura mínima y hay bosques primarios justo hasta el borde de la zona de derecho de paso con pequeñas zonas deforestadas limitadas a muy pocos lugares en nuestra zona de estudio”, explica el autor principal Shawn McCracken con la Universidad Estatal de Texas-San Marcos. La investigación es una de de las primeras que examina cómo afectan las carreteras de proyectos petrolíferos a las especies que viven en el dosel.
El gobierno ecuatoriano y la industria petrolera han defendido que las carreteras del interior del parque están gestionadas estrictamente y tienen pocos efectos en el entorno circundante, en oposición a otras partes de Ecuador donde se han abierto amplias áreas del Amazonas a colonizadores con la subsiguiente deforestación.
La rana del dosel Osteocephalus planiceps encontrada en la hoja de una bromelia Aechmea zebrina. Foto de: Bejat McCracken.
Pero los científicos descubrieron que las poblaciones en el interior de la especie Aechmea zebrina son extremadamente sensibles a cualquier impacto: la cantidad de ranas-bromelias se redujo a la mitad en bosques poco alterados en comparación con los bosques intactos. Además, hay el doble de posibilidades de que las bromelias contengan ranas en las zonas intactas en comparación con las zonas poco alteradas.
“Durante el tiempo que pasó entre nuestros estudios iniciales en bosques altamente afectados y nuestro regreso para tomar muestras de las bromelias, la Via Auca se estaba ampliando y pavimentando”, afirma el coautor Michael Forstner también con la Universidad de Texas. “Solo podemos especular con la idea de que esta alteración y el aumento de la presión humana derivada de las mejoras en la carretera eliminaron las pocas comunidades de Aechmea zebrina que sobrevivían cerca de la calzada”.
Los descubrimientos se enfrentan a una nueva urgencia puesto que Ecuador está avanzando para permitir más exploraciones petroleras dentro del Parque Nacional del Yasuní tras descartar la iniciativa Yasuní-ITT. Esta ambiciosa iniciativa habría dejado tres bloques remotos del parque (Ishpingo-Tambococha-Tiputini) intactos ante el desarrollo petrolífero si la comunidad internacional hubiera acordado pagar la mitad de los ingresos que se habrían obtenido de extraer el petróleo, 3.600 millones de dólares. Los que propusieron la iniciativa, la describieron como una forma atrevida de mitigar el cambio climático, conservar la biodiversidad y proteger a los pueblos indígenas, mientras que algunos críticos la etiquetaron de “chantaje”. Sin embargo, los fondos que se consiguieran con la iniciativa habrían acabado en un Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para financiar las energías renovables y otros proyectos exclusivos de desarrollo de la comunidad. Pero el año pasado, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, afirmó que descartaba la iniciativa debido a que la financiación no estaba llegando lo suficientemente rápido.
“El mundo nos ha fallado”, afirmó Correa en aquel momento. “He firmado el decreto ejecutivo para la liquidación del fondo fiduciario del Yasuní-ITT y, con esto, doy por finalizada la iniciativa”.
Correa ha afirmado que las perforaciones exploratorias empezarán este año en los bloques remotos ITT. Sin embargo, los activistas de Ecuador están trabajando para conseguir un referéndum nacional sobre este asunto. Correa se ha mostrado contrario a este referéndum, mientras que su administración ha cerrado una ONG local muy conocida, Fundación Pachamama, por su oposición a la extracción de petróleo en zonas indígenas.
Cabe destacar que los científicos han descrito el Parque Nacional Yasuní como probablemente el lugar con más biodiversidad del planeta. En la actualidad tiene el récord de especies de anfibios en un único paisaje: 150. Para proteger a estos anfibios, además de las cientos de miles de otras especies que habitan en el parque, los científicos afirman que Ecuador debería echar otro vistazo a la forma de obtener el petróleo que yace bajo la tierra.
“Basándonos en los resultados, recomendamos que el desarrollo de recursos naturales trate al hábitat de la selva como un sistema extraterritorial en el que no se usan carreteras, se empleen las mejores directrices de acción de la industria y se protejan los accesos actuales a las carreteras de la colonización y la deforestación”, escriben los científicos.
Una bromelia Aechmea zebrina unida a un árbol sobre una carretera en la Reserva de la Biosfera de Yasuní. Foto de: Bejat McCracken.
Hoyo abierto en un oleoducto con pérdidas delante de una casa de colonos a lo largo de la carretera Vía Auca. Foto de: Bejat McCracken.
Pristimantis aureolineatus, una especialista de las bromelias, entre las axilas de una hoja de bromelia Aechmea zebrina. Foto de: Bejat McCracken.
El autor principal, Shawn F. McCracken, y un asistente buscando bromelias Aechmea zebrina a lo largo de una carretera petrolífera en la Amazonia Ecuatorial. Foto de: Bejat McCracken.