- Las tuberías, las carreteras, las vías férreas y las líneas de transmisión causan una severa fragmentación del hábitat en la selva amazónica. Un nuevo estudio analizó la conectividad de doseles para grandes poblaciones de mamíferos arbóreos que utilizan puentes naturales sobre un nuevo gasoducto en Perú.
- En 7102 noches de cámaras trampa en el dosel, el ritmo de cruce de puentes naturales del dosel arbóreo por encima de una tubería nueva fue sorprendentemente alto: casi 200 veces el del suelo (más de 3100 ocurrencias por encima frente a 16 casos sobre el suelo).
- Los investigadores registraron 25 especies de 12 familias de mamíferos que utilizaron puentes de dosel naturales en 3372 eventos fotográficos, incluyendo micos nocturnos, kinkajúes, olingos, puercoespines pequeños ecuatorianos, zarigüeyas lanudas occidentales y ardillas rojas del Amazonas sur.
- Estos resultados sugieren que los puentes de dosel naturales y artificiales podrían mejorar significativamente la conectividad del hábitat para las especies arbóreas de la selva tropical cuando los corredores de transporte, minería y energía nuevos o ya existentes amenazan con la fragmentación.
Cientos de kilómetros cuadrados de la Amazonía están delimitados para la prospección de petróleo y gas, con reservas comercialmente viables destinadas para mercados nacionales e internacionales, incluyendo EE. UU. y Reino Unido. Pero las tuberías fragmentan la selva tropical, dividiendo las poblaciones y alterando los movimientos de las especies que pasan su vida en las copas de los árboles. Ahora, un estudio que usa cámaras trampa en el dosel ha demostrado que estos impactos pueden mitigarse si se dejan los puentes de dosel naturales cuando se construyen las tuberías.
El estudio, en la región de Urubamba, en la Amazonía peruana, fue dirigido por Tremaine Gregory del Smithsonian Conservation Biology Institute. Antes de que se llevara a cabo la construcción, Gregory y su colega Farah Carrasco-Rueda, de la Universidad de Florida, trabajaron con la compañía constructora para identificar los lugares donde los árboles eran lo suficientemente grandes como para que sus ramas pudieran cubrir el oleoducto propuesto. Las limitaciones de ingeniería implicaron que de los 42 emplazamientos posibles a lo largo de un tramo de tubería de 5,2 kilómetros (3,2 millas), solo 13 resultaron ser viables. Un tramo de tubería de 4 kilómetros (2,5 millas) se dejó sin puentes naturales como control para poder evaluar el efecto de los puentes sobre los movimientos de los animales.
El equipo de Gregory recorrió los transectos antes de que comenzara la construcción y descubrió que las especies arbóreas cruzaban con frecuencia la ruta del gasoducto. Una vez construida la tubería, Gregory trepó a los árboles que quedaron para actuar como puentes e instaló cámaras trampa para vigilar su uso. Ella colocó cámaras en todos los lugares donde los animales podían cruzar de un lado al otro —algunos árboles tenían múltiples ramas que formaban conexiones a lo largo de la tubería. Se colocaron más cámaras cerca del suelo, debajo de los puentes de dosel, y en el área de control.
Las trampas monitorearon los movimientos de los animales durante un año y, al analizar el inmenso número de imágenes generadas de las 7102 noches de cámaras de dosel, Gregory dijo que ella y Carrasco-Rueda quedaron “impresionadas por los datos”. El ritmo de cruce en el dosel arbóreo era casi 200 veces superior al del suelo (16 frente a más de 3100)”.
En total, se registraron 25 especies de 12 familias de mamíferos que utilizaron puentes naturales en 3372 eventos fotográficos, con micos nocturnos (Aotus nigriceps), kinkajúes (Potos flavus), olingos (Bassaricyon alleni), puercoespines pequeños ecuatorianos (Coendou ichillus), zarigüeyas lanudas occidentales (Caluromys lanatus) y ardillas rojas del Amazonas sur (Hadrosciurus spadiceus) como los colonos más frecuentes. El equipo estima que los puentes fueron utilizados por, al menos, 150 individuos.
“La diversidad de especies de mamíferos que usaron los puentes también representa la gran diversidad de hábitos locomotores”, dijo Gregory. “Por ejemplo, los monos araña y los monos lanudos pueden braquiar —o balancearse con sus brazos— entre los claros ligeramente desconectados, pero los puercoespines pequeños ecuatorianos no saltan y, por lo tanto, necesitan ramas que estén en contacto total. Ambos tipos de especies utilizaron los puentes, al igual que muchos animales con crías dependientes sobre sus espaldas, lo que sugiere que los animales se sienten lo suficientemente seguros como para cruzar con sus preciados cargamentos”.
Se observaron sobre el suelo seis especies de dosel un total de 16 veces, pero la ausencia de 19 especies de las cámaras trampa terrestres indica que la mayoría de los mamíferos arbóreos eran susceptibles a los efectos negativos del gasoducto.
La variedad de especies capturadas por la cámara abarcaba la mayoría de las especies de mamíferos arbóreos de la región, lo que sugiere que los puentes de dosel naturales tienen beneficios generalizados, según Gregory.
“Lo mejor de esta investigación es que tiene una importancia significativa aplicada a la conservación”, dijo Andrew Whitworth, de Osa Conservation, Costa Rica, quien anteriormente dirigió estudios con cámaras trampa en el dosel arbóreo de la selva tropical del Parque Nacional Manu, Perú, pero no participó en el nuevo estudio.
Whitworth destacó al mono araña peruano (Ateles chamek) y al mono lanudo gris (Lagothrix cana) —que solo fueron grabados una vez cada uno— como usuarios de puentes particularmente importantes, ya que están clasificados como en peligro de extinción por la UICN, y son sensibles a la caza, degradación forestal y fragmentación de hábitat. “Son particularmente sensibles, ya que tienen ciclos reproductivos relativamente largos y necesitan poder atravesar claros lineales para acceder a diferentes fuentes de alimentos y mantener el flujo genético entre comunidades”.
Whitworth enfatizó el valor de las cámaras trampa para generar cantidades de datos “que hubieran sido logísticamente inviables usando observadores humanos”, cuyos resultados muestran “cuán esencial y rentable puede resultar mantener los cruces de dosel para la vida salvaje de la selva tropical”.
Gregory dijo que otros proyectos de tuberías en Perú estaban empezando a incorporar puentes naturales y que ella espera que “pronto sean exigidos por el gobierno”.
Puesto que los árboles que de repente están expuestos al hábitat más abierto de las tuberías pueden experimentar tensiones ambientales, lo que puede llevar a la rotura de ramas, Gregory sugiere que “las compañías consideren proyectos que incorporen puentes naturales y artificiales, los cuales pueden mantenerse o reemplazarse si fuera necesario”.
“Aunque esta estrategia es una necesidad imperiosa en la Amazonía Occidental ahora mismo, donde los despejes lineales para caminos y tuberías sin marcar se están expandiendo rápidamente debido a un aumento en la extracción de recursos (para la explotación forestal y minera), esta estrategia también podría ayudar a restaurar la conectividad en áreas que han sido previamente despejadas, donde tales estrategias de mitigación nunca fueron consideradas”, dijo Whitworth.
Gregory ve enormes posibilidades para los puentes de dosel naturales en todo el mundo. “Puesto que los bosques de los trópicos tienden a tener grandes poblaciones de mamíferos arbóreos, tenemos la esperanza de que otros países también adopten este método simple y económico”.
Referencias:
Gregory, T., Carrasco-Rueda, F., Alonso, A., Kolowski J., and Deichmann, J.L. (2017) Natural canopy bridges effectively mitigate tropical forest fragmentation for arboreal mammals. Scientific Reports 7: 3892 DOI:10.1038/s41598-017-04112-x