- Desde 2015, un pequeño caserío habitado por 300 personas afrodescendientes en el norte del Ecuador mantiene un conflicto con una gran empresa extractora de palma.
- Uno de sus dirigentes enfrenta un juicio por supuesta tenencia ilegal de tierras que está en investigación en la Fiscalía y podría terminar con su encarcelamiento.
- Los pobladores aseguran que la tierra fue ilegítimamente vendida a una empresa palmera a inicios de los 2000 y que les pertenece por ser un territorio ancestral.
El teléfono timbra apenas una vez. Una grabadora con voz de mujer interrumpe y dice: gracias por llamar a Energy & Palma, si desea comunicarse con contabilidad digite 103, compras, 107, si desea enviar un fax, 104. Caso contrario marque cero para ser atendido. En el cero contesta otra voz, esta vez es un hombre y no es grabación. El reportero al otro lado de la línea le explica por qué llama: está escribiendo un reportaje sobre los conflictos entre la comunidad 5 de junio (también conocida como Wimbí), en la provincia tropical de Esmeraldas, y la compañía Energy & Palma, una de las mayores extractoras de aceite de palma del Ecuador. Le dice que ha enviado varios correos electrónicos y que hace unos días transfirieron una llamada suya a la plantación. Ahí le informaron que quien debía atenderlo, el ingeniero Caicedo, no estaba, que volviera a llamar. Pero tras varios días, ha sido imposible la comunicación.
— Ya, eh… Espéreme un ratito… Este reportaje, ¿es de prensa, o qué?
— Sí.
— ¿Prensa escrita?
— Sí.
La voz se aleja de la bocina para hablar con alguien que tiene al lado:
— Un señor dice que está llamando para hacer un reportaje de la palma, que ha llamado, que nadie le ha dado… que le pasaron con Luis Caicedo pero que…
Baja el tono de la voz, como para no ser escuchado y, en breve, vuelve a dirigirse al reportero:
— Verá, le vamos a pasar de vuelta a la plantación para que usted pregunte por Fernando Torres, si él no le da ninguna respuesta nos vuelve a llamar acá a Quito.
— ¿Quién es él?
— Es el gerente administrativo de allá.
— Gracias.
La voz cumple con pasar la llamada y después de unos minutos de escuchar una melodía sintética, otro hombre contesta. El reportero se identifica y pregunta por Fernando Torres.
— Un momentito, por favor.
Pasan unos segundos, y otra, o quizás la misma voz, se acerca nuevamente al teléfono:
— ¿Aló? Llámele después de unos 20 minutos, que el señor está en una reunión.
El reportero volverá a llamar a Energy & Palma para preguntar sobre las acusaciones de acumulación de tierras y persecución de líderes en la comunidad 5 de Junio. Le tomarán los datos, le pedirán su número de teléfono y le harán deletrear su correo electrónico. Al final, ni el ingeniero, ni el señor, ni el gerente estarán disponibles para ofrecer respuestas.