Durante los últimos cuatro años, especuladores del suelo y campesinos han invadido y destruido 150.000 hectáreas (370.000 acres) de la reserva de la biosfera Nicaragüense de Bosawás, según manifestaciones realizadas por las comunidades indígenas mayangna y mískitu (habitantes tradicionales de estos bosques).
A pesar de que Nicaragua reconoció los derechos sobre las tierras de las poblaciones indígenas en 2007, las tribus afirman que el gobierno no ha hecho lo suficiente para evitar que se produzcan asentamientos ilegales, a pesar de los recientes esfuerzos de desalojo.
La reserva de selva tropical más importante de Centroamérica, la reserva de Biosfera Bosawás, cubre cerca del 7 por ciento de la superficie de Nicaragua, y es el hogar de algunas de las especies catalogadas de “alto riesgo”como son, el tapir de Baird (Tapirus bairdii) y el mono araña de Geoffroyi (Ateles geoffroyi), Ambas especies se encuentran incluidas como especies en peligro de extinción en la lista roja de la UICN, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Las tribus indígenas aseguran que se ha producido la entrada de 11.500 colonos en la reserva, incluyendo especuladores del suelo (exmilicianos de Contra) y campesinos sin tierras. La tala y quema de bosques se lleva a cabo, en su mayor parte, para la plantación de nuevos pastizales destinados a la obtención de productos cárnicos y lácteos.
Según declaraciones del asesor técnico de la nación mayangna, Taymond Robis a Reuters las invasiones han convertido partes de la reserva “en una especie de lejano oeste”.
A finales del mes pasado el líder de la comunidad Mayangna fue muerto a tiros cuando una avanzadilla indígena encontró colonos ilegales talando árboles. Este fin de semana, dos leñadores ilegales fueron hallados muertos. Las autoridades creen que fueron ejecutados por la mafia del sector maderero por no cumplir con el acuerdo de explotación forestal.
Dichos conflictos están exacerbados por el hecho de que los colonos están invadiendo de forma voluntaria las tierras que los grupos indígenas han reservado para fines conservacionistas.
Según declaraciones del presidente de la nación mayangna, Arisio Genaro, a la BBC “Incluso nosotros, mayangna, no tocamos estos bosques, ya que es el lugar donde se reproducen los animales que cazamos. Si los destruyen, destruirán a nuestro pueblo”.
El gobierno ha intentado desalojar a los colonos ilegales de la región en dos ocasiones: la primera en 2001, y de nuevo en 2010. A pesar de que los desalojos son forzosos, e incluso en ocasiones violentos, los colonos han vuelto a la reserva. Los campesinos reclaman que se lleve a cabo una reforma agraria, pero la tierra en cuestión pertenece a grupos indígenas.
Ayer, funcionarios del gobierno, el ejército y cuerpos policiales, estuvieron de acuerdo sobre la necesidad de un nuevo intento de desalojo, según información del periódico El Nuevo Diario. Además, destacaron que emprenderán acciones legales contra cualquier individuo involucrado en acuerdos sobre tierras de la reserva de la biosfera de Bosawás.
La reserva de la biosfera de Bosawás cubre alrededor de 1.8 millones de hectáreas (4.4 millones de acres) en la frontera de Nicaragua y Honduras. Se considera el hogar de algunas de las especies más importantes de jaguares, oso hormigueros gigantes, pumas, águilas arpía, y tapires de Centroamérica.
Los investigadores estiman que en el parque habitan unas 150.000 especies de insectos y 600 especies de aves.
Ganado en la reserva de la biosfera de Bosawás. Foto cortesía de la Nación Independiente Mayangna de Nicaragua.
Deforestación en la reserva de la biosfera de Bosawás. Foto cortesía de la Nación Independiente Mayangna de Nicaragua.