En la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional del Tambopata, en Madre de Dios, existen hombres y mujeres que por doce años han resistido las amenazas de la minería y tala ilegal.La ‘Operación Mercurio 2019’, desplegada hace una semana para recuperar La Pampa y erradicar la extracción ilegal de oro, aumentó el hostigamiento contra este grupo de defensores ambientales. En este reportaje recogemos sus testimonios. Ana* estaba en la cocina, abstraída en el ir y venir de los carros que recorren la carretera Interoceánica hacia La Pampa, un territorio devastado por la minería ilegal en Madre de Dios, cuando una voz desconocida irrumpió de pronto en la tranquilidad de su casa. “Ana, buenos días. He venido a pedirte un favor”, le dijo una mujer. La encontró parada en la entrada de su casa sujetando un fajo de billetes de cien soles (US$30) en una mano, mientras se secaba con la otra el sudor provocado por el sol intenso de la selva. Ana no se atrevió a preguntarle su nombre. “He venido a buscarte para que me guardes unas máquinas”, le dijo la desconocida a Ana, con la actitud de quien no viene a pedir un favor. Esto ocurrió días antes de la ‘Operación Mercurio 2019’, una intervención multisectorial del Estado peruano que retomó el control de La Pampa, la semana pasada, y que busca erradicar toda actividad ilegal en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Ante el aviso de la llegada de la Policía y de las Fuerzas Armadas, los ilegales reaccionaron buscando lugares seguros para esconder las maquinarias y motores que usan para extraer el oro. Así fue como esa mujer llegó a la casa de Ana.