Desde hace casi 30 años se ha propuesto la creación de un parque nacional en la parte baja de la cuenca del río Putumayo en la región de Loreto. Se trata de una zona de riqueza ambiental incomparable y el plan es resguardar más de 870 000 hectáreas en lo que hoy es la Zona Reservada Yaguas. Para que este territorio sea oficialmente reconocido como área protegida se debe decidir a qué categoría pertenece, porque esta es la que establece qué tipo de uso se puede hacer de los recursos naturales. En el 2011, cuando se conformó el comité para iniciar el proceso de categorización, se pensó que pronto se anunciaría oficialmente la nueva área protegida. Sin embargo, fue ese año cuando comenzaron las discrepancias.
De las 29 comunidades que se encuentran alrededor de la Zona Reservada, 23 están a favor de declarar el área protegida como parque nacional, una categoría que establece la intangibilidad del territorio y que solo permite la extracción de recursos para la alimentación de quienes viven en la zona. Estas comunidades se organizan en la Federación de Comunidades Indígenas del bajo Putumayo (Fecoibap). Por otro lado, otras seis comunidades, reunidas en la Organización de Comunidades Indígenas del Bajo Putumayo y Río Yaguas (Ocibpry), prefieren que el territorio no sea un parque nacional sino una reserva comunal en la que sí se puede continuar explotando los recursos naturales.
La Fecoibap afirma que es necesario establecer un parque nacional porque prioriza la conservación ambiental de Yaguas, mientras que los de la Ocibpry defienden su posición con el argumento de que un parque nacional no les permitiría seguir extrayendo recursos del bosque que usan para su subsistencia.
La indecisión sobre qué categoría es ideal en Yaguas se ve incrementada aún más por la presencia de mineros y taladores ilegales en el área protegida. A continuación, un resumen del complejo panorama en torno a Yaguas.
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1.Es una de las reservas forestales con los más grandes stocks de carbono.
Según el informe técnico del Sernanp, “a nivel de país, el principal beneficio proviene de una potencial participación en el mercado de carbono. El Parque Nacional Yaguas evitaría que se pierdan alrededor de 1.5 millones de toneladas de carbono en los próximos 20 años, equivalentes a 8.3 millones de soles”. Dicho monto podría ganarse en una proyección de 20 años. Esta enorme capacidad de Yaguas como almacén de carbono se explica por la presencia de turberas pantanosas que lo convierten en una de las 10 reservas forestales más grandes de carbono en el Perú.
Si bien la figura de parque nacional no permite ninguna actividad productiva en el área declarada como tal, la opción de valorizar el territorio como sumidero de carbono sí podría considerarse como una actividad sostenible permitida.
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2.Es clave evitar la presencia y el incremento de mineros y taladores ilegales.
Reportes de la Marina de Guerra del Perú, que visitó las inmediaciones del río Yaguas entre octubre y diciembre del 2016, detectaron la presencia de mineros y taladores ilegales en la zona protegida. En sus patrullajes encontraron una draga artesanal de 15 metros de largo y seis metros de ancho. Además, en diciembre del mismo año, en un operativo conjunto entre la Policía Nacional del Perú y la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental se detectaron dos dragas para la minería ilegal en el río Yaguas.
No son los únicos reportes que confirman la presencia de mineros ilegales en la zona reservada. El expediente técnico del Parque Nacional Yaguas elaborado en 2016 por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) precisa que “se reportan cuatro puntos de dragas mineras que suelen circular periódicamente dentro del río Yaguas”.
Por otro lado, el mismo expediente del Sernanp registra la presencia de taladores ilegales en Yaguas. Se ha determinado que grupos de entre cinco a siete personas se internan entre cuatro a seis meses para talar especies maderables altamente cotizadas como el cedro. También se informa en el expediente que los taladores son liderados por “patrones colombianos” que contratan a personas de las comunidades y luego se llevan la mercadería para comercializarla en los puertos del lado colombiano.
En caso no se declare a Yaguas como parque nacional y se continúe deforestando como viene ocurriendo hasta ahora, según el análisis de CSF, se afectarían alrededor de 157 067 hectáreas de la actual zona reservada en una proyección de 20 años.
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3.Yaguas podría otorgar millones de soles al Estado en servicios ecosistémicos.
El análisis realizado por la Fundación Conservación Estratégica (CSF) establece que el Perú se beneficiaría con cerca de 23 millones de soles (más de 8 millones de dólares americanos en promedio) con la creación del Parque Nacional Yaguas. Una gran parte de este dinero, más de 17 millones de soles para ser exactos, corresponde a lo que ahorrarían las comunidades en relación al costo de las actividades de caza tras evitar la desaparición de las especies que aprovechan. Para realizar el cálculo se usó como ejemplo a la huangana (Tayassu pecari), especie clasificada como Vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La lógica es sencilla pero clara. Al proteger el hábitat de la huangana, las comunidades indígenas pueden tener mayor acceso a ella sin tener que recorrer enormes extensiones de territorio. Esto ocurre cuando las especies se alejan de algunas zonas por el incremento de taladores ilegales que también cazan en la actual zona reservada.
El artículo original fue realizado por Yvette Sierra Praeli y para mayores detalles de los impactos del proyecto de la hidroeléctrica Rositas ingrese aquí.