Imágenes alarmantes revelan la devastación que está generando la minería ilegal en la Amazonía. La deforestación, la contaminación del agua, la pérdida de biodiversidad y la violencia contra las comunidades son algunas de las amenazas que está causando esta actividad extractiva.
En este reportaje fotográfico les mostramos cuál ha sido el impacto en los ecosistemas de Ecuador, Perú y Bolivia.
Un análisis satelital de Amazon Mining Watch revela que la minería arrasó con dos millones de hectáreas de bosques amazónicos en los últimos seis años, lo que equivale a la extensión aproximada de El Salvador.


En el Perú, la cuenca del río Nanay continúa bajo grave amenaza. La cantidad de embarcaciones destinadas a la extracción ilegal de oro y los riesgos para quienes se oponen a esta actividad ilícita siguen en aumento. Investigamos el caso.


La reserva de Tucabaca, una de las áreas protegidas más importantes de Santa Cruz, en Bolivia, enfrenta graves amenazas. La minería ilegal, avasallamientos y la construcción ilegal de un nuevo puente por colonias menonitas acorralan a la reserva.


Recientemente, el asesinato de 11 militares en la zona minera de Punino levantó las alarmas sobre el crecimiento de minería ilegal en ese territorio. El ataque fue atribuido a los Comandos de la Frontera. Analizamos el grave impacto de esta actividad extractiva.


Un ejemplo de esta alarmante situación es lo que sucede en el río Santiago, en la Amazonía ecuatoriana. Recorrimos esta zona y encontramos que la minería ilegal amenaza gravemente al afluente y a las comunidades indígenas de la zona.


“La minería ilegal es apoyada por acciones y omisiones desde la institucionalidad política y promovida desde los mecanismos del mercado global”, dice Raphael Hoetmer, de Amazon Watch, sobre el avance de la minería ilegal en la Amazonía.


Imagen principal: Minería en zona de amortiguamiento de la reserva ecológica Cofán Bermejo. Foto: Cortesía.