- Ave endémica de Bolivia está en peligro de extinción, por ello, se ha creado una reserva para su protección en la región del Atén, en La Paz, hábitat de la especie.
- Se calcula entre 600 y 800 la población de la palkachupa, pero su hábitat es un espacio altamente degradado, con sobrepastoreo y riesgos de incendios forestales.
La palkachupa de Bolivia ha sido reconocida como una especie única en el mundo por científicos y organizaciones como BirdLife International. Su nombre, palkachupa proviene de los vocablos quechuas, ‘palka’ que significa tenedor y ‘chupa’ que es cola, en referencia a las características morfológicas que presenta la cola del ave.
En el año 2000, un grupo de investigadores, entre los que se encontraba el canadiense Bennett Hennessey, encontró esta ave en el bosque de la comunidad de Atén, al noroeste del municipio de Apolo, dentro de la jurisdicción del Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) del área protegida Madidi, en La Paz. Habían pasado 98 años desde la última vez que un ornitólogo, R.S. Williams, había colectado individuos de esta especie, un macho y una hembra, que fueron exhibidos en el Museo Americano de Historia Natural de la ciudad de Nueva York.
Actualmente, la palkachupa (Phibalura boliviana), figura como especie en peligro en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Pero el Libro Rojo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia la ha catalogado como una especie en Peligro Crítico (CR).
La Asociación Civil Armonía, ONG de conservación de aves de Bolivia, lleva adelante un proyecto para la preservación de esta especie endémica en los bosques de la región de Atén, en la zona del Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) del área protegida Madidi, donde habita la especie.
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1.- El ave endémica de Bolivia
La palkachupa es un ave endémica de Bolivia, que habita entre los 1250 y los 2000 metros de altura, en bosques de la ecorregión del Cerrado y construye sus nidos sobre los árboles de Byrsonima crassifolia y Alchornea triplinervia, según explica el Libro de Aves de Bolivia. Es solitaria, pero forma pequeñas colonias de hasta cinco pares durante la migración.
Según The Wilson Journal of Ornithology se trata de una subespecie de Phibalura flavirostris, del sudeste del Brasil. Se diferencia por el plumaje; el iris de los ojos que en el caso de los ejemplares bolivianos es color amarillo mostaza; y las patas que son de color amarillento anaranjado. Registra al menos cinco tipos de vocalizaciones y un canto, mientras que los ejemplares brasileños tienen registrado un solo tipo vocalización.
Según un estudio de la ornitóloga boliviana Verónica Dávalos, la palkachupa de Bolivia cuenta con una población de entre 600 y 800 ejemplares, que sobreviven en los remanentes de bosques de un área de poco más de 1000 km2 en la comunidad de Atén, el sitio más importante para el ave.
También señala que se trata de un ave monógama, y que en su periodo de incubación intervienen ambos padres. Según la investigación de Ávalos, solo se presenta un 20 por ciento de éxito en la reproducción, un nivel preocupante considerando que en especies tropicales debería estar entre el 50 a 60 por ciento.
William Ferrufino, quien trabaja en la conservación de esta especie, la describe como un ave esbelta, de unos 20 centímetros, con una combinación de plumas color amarillo brillante y negruzco denso, casi como estampadas, de cola larga bifurcada en forma de V similar a un par de tijeras.
Para los indígenas del pueblo Leco de Atén, pueblo al que pertenece William, la palkachupa es conocida como chacarura, nombre que hace alusión al melodioso canto que entona. Ahora, los indígenas de Atén, se han sumado al esfuerzo por proteger a la palkachupa que vive en su territorio.
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2.- Protección de su hábitat
La región de Atén, hábitat de la palkachupa, es considerada IBA (Áreas Importantes para la Conservación de las Aves-en español), según BirdLife International
Entre agosto y marzo es posible ver con facilidad a la palkachupa volando en la región de Atén. Es la temporada de reproducción. Sin embargo, para Rodrigo Wilber Soria, director ejecutivo de Armonía, esta es un ave difícil de evaluar y los ornitólogos desconocen su ciclo de vida natural, ya que la gran mayoría de su población migra a áreas aún desconocidas luego de estas temporadas.
“Es necesario llevar a cabo estudios de telemetría, en donde se atrapen uno o dos individuos y se les coloque un chip que nos permita monitorear sus movimientos y entender hacia dónde se va’’, afirma Soria.
La región que habita la palkachupa es, actualmente, un espacio altamente degradado, con sobrepastoreo y con riesgos de incendios forestales. En el territorio quedan solo algunos fragmentos de bosque donde aún vive el ave.
Esto se debe principalmente al desmonte y quema que produce la ganadería, y en menor medida la agricultura, dos actividades que han transformado y reducido drásticamente el hábitat de los bosques de Apolo durante el último siglo.
El director de la ONG Armonía indica que el ave anida en árboles pequeños de entre dos a tres metros, o pequeñas islas de bosques, por ello, cuando llega el fuego, entre agosto y septiembre, estos sitios de anidamiento corren peligro.
Para el conservacionista, los fragmentos remanentes de bosque juegan un rol importante para la supervivencia del ave.
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3.- Territorio reservado
William Ferrufino conoce desde niño el territorio de la palkachupa, información que ha sido muy importante para el programa de conservación de la ONG Armonía.
Así se definió la Reserva Palkachupa, un área protegida de 50 hectáreas que almacena buenas porciones de bosque y sitios importantes del hábitat para que la reproducción de la especie, ayudando a incrementar sus posibilidades de supervivencia.
William me explica que en la reserva aún se conservan ejemplares del árbol de Yuri, uno de los preferidos para la palkachupa al momento de anidar. También existen especies como el comúnmente llamado guitarrero (Didymopanax morototoni) y el Ichukaspi, que son su hábitat.
El pueblo Leco del Territorio Indígena Originario Campesino (TIOC) se han comprometido en jamás talar el área destinada para la Reserva Palkachupa, que ha sido incluida como parte del Plan de Vida de las comunidades.
En tanto, los conservacionistas consideran necesario que se amplíe el área protegida y se cerquen sus límites, para prevenir el ingreso del ganado y permitir la regeneración de las especies arbóreas.
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4.- El aporte del pueblo indígena
El proyecto de la ONG Armonía se preocupó por capacitar a los estudiantes de la escuela de la comunidad indígena y despertar su orgullo por el ave.
También han desarrollado iniciativas de apicultura, para demostrar que los bosques de la región tienen mayor valor en pie que desmontados. Así han consolidado una actividad productiva amigable que está ayudando a conservar los bosques de la Reserva Palkachupa.
Ricardo Molina es un apicultor local que cuenta con 15 cajas de abeja en la Reserva Palkachupa, con ellas, él y su familia perciben un ingreso económico extra, ya que envían esta miel natural a la ciudad de La Paz.
Como parte de este proyecto de actividad sostenible, los comuneros fueron capacitados y recibieron colmenas y equipos para cosechar la miel.
“Hemos logrado despertar y poner en la conciencia de las personas que existen alternativas si ellos protegen los remanentes de bosque que quedan. Pero aún nos falta mucho para llegar a establecer una industria de miel”, el director de la ONG Armonía.
William Ferrufino está promoviendo una actividad diferente pero también beneficiosa para la palkachupa, la artesanía. Él y otros 11 comuneros han conformado la Asociación de Artesanos Atén Madidi, por medio de la cual están realizando tallados en madera, collares, tejidos en morrales y otros adornos inspirados en la imagen de la palkachupa.
Su trabajo se expone en diferentes ferias y eventos artesanales del país, con la esperanza de que este ayude también a promocionar el turismo de observación de aves en la Reserva de Atén.
William comenta que ha visto pichones a punto de dejar el nido, que le recuerda su época de niño, cuando encontraba a estas aves en sus recorridos por el bosque.
Por lo que cuenta el conservacionista, los esfuerzos para proteger al ave emblemática del Atén de Bolivia estarían dando resultado.