- El Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés), una iniciativa de la organización sin fines de lucro Amazon Conservation, publicó su análisis de datos preliminares sobre deforestación para la Amazonía del 2019.
- Las cifras proyectan que la deforestación en el 2019 disminuyó, aunque levemente, o se mantuvo relativamente estable en cuatro de los cinco países amazónicos incluidos en el estudio.
- La pérdida de bosque en Bolivia durante el 2019 aumentó en comparación con el 2018, posiblemente, como resultado de la extensión de incendios que quemaron bosques.
- Los investigadores utilizaron alertas de advertencia temprana sobre pérdida de cobertura arbórea en el 2019 para calcular la deforestación total en cinco países y luego compararon las cifras con las tasas históricas que se remontan hasta el 2001.
Un análisis nuevo basado en la deforestación estimada de la Amazonía en el 2019 señala focos de pérdida boscosa e identifica tendencias específicas por país de la región.
Los datos proyectan que la deforestación en el 2019 disminuyó, aunque levemente, o se mantuvo relativamente estable en cuatro de los cinco países amazónicos incluidos en el estudio.
Las cifras, publicadas el 11 de febrero, son preliminares hasta el momento, según afirma el investigador Matt Finer, y es probable que las estadísticas oficiales se divulguen a mitad de año. Finer llevó adelante el análisis y es un ecologista del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés), una iniciativa de la organización sin fines de lucro Amazon Conservation.
De todas formas, señaló: “Es un momento fascinante en el que tenemos los datos del 2019”.
Finer y sus colegas utilizaron datos de las actualizaciones de alerta temprana correspondientes al año y los compararon con las cifras de pérdida boscosa de la Universidad de Maryland, que se remontan hasta el 2001. Para eliminar las áreas previamente despejadas que podrían haber perdido cobertura boscosa, se concentraron solo en alertas correspondientes a zonas de bosque primario.
MAAP utiliza monitoreo de bosques en tiempo real para informar sobre la deforestación a medida que ocurre. En septiembre, el equipo demostró que muchos de los incendios en la Amazonía brasileña que enardecieron a los medios de todo el mundo estaban quemando áreas recientemente despejadas y no eran incendios forestales descontrolados que quemaban selva virgen. Todo sea dicho, es probable que Brasil haya perdido más de 9700 km2 (3750 mi2) en el 2019 de su 60 % de la Amazonía.
Comparado con los datos de la Universidad de Maryland de los últimos años, este descubrimiento indica que la deforestación disminuyó ligeramente en Brasil. Los cálculos oficiales del Gobierno concuerdan, por lo general, con el área total deforestada en el 2019. Sin embargo, los datos del Gobierno no registraron el impresionante repunte de pérdida de cobertura boscosa que registró la investigación de la Universidad de Maryland. Como explica el grupo de monitoreo forestal Global Forest Watch, el hecho de que los datos del Gobierno no incluyen la pérdida de bosque a causa de los incendios ni registre la degradación además de la deforestación podría explicar la discrepancia.
Por el contrario, el grupo reveló que los incendios en Bolivia, donde la deforestación aumentó hasta cubrir 1350 km2 (521 mi2), probablemente traspasaron los límites de los campos de los agricultores, donde ellos estaban acostumbrados a preparar la tierra para cultivar dentro de un bosque en pie. En otras palabras, según afirma Finer, la situación en Bolivia era “mucho más de lo que el público tenía en mente, que eran incendios prescritos descontrolados”.
MAAP y otros grupos han estado siguiendo de cerca la deforestación que se disparó por las nubes en la Amazonía colombiana desde que el Gobierno firmó el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el 2016. Las cifras preliminares del 2019 sugieren que la pérdida de bosque en Colombia ha vuelto a disminuir hasta alrededor de un tercio del récord de 1538 km2 ocurrido en el 2018, que pudo ser el resultado de la presión internacional para frenarla.
“Hubo una reacción muy negativa contra la deforestación”, señaló Finer.
En la porción de la Amazonía perteneciente a Ecuador, la deforestación cayó un poco de su pico de 188 km2 en el 2017 a 114 km2 en el 2019. Pero en diciembre MAAP pudo monitorear pequeñas áreas de bosques despejados para plataformas petrolíferas en el Parque Nacional Yasuní (con abundancia de especies) y cerca del antiguo territorio del pueblo originario waorani. Aunque esas áreas aparecen en los mapas como meras manchas en un mar de bosque circundante, el equipo calculó que los “efectos de borde” que van deslizándose en el bosque circundante podrían, en realidad, impactar una franja de bosque mucho más ancha, de unos 6,55 km2.
“La situación en Perú en el 2019 reflejó un panorama de buenas y malas noticias —sostuvo Finer—. La deforestación está disminuyendo, pero continúa siendo históricamente alta si retrocedemos hasta el 2011”.
El área de bosque primario perdido en la Amazonía peruana en el 2019 disminuyó levemente desde el 2018 a 1400 km2 . MAAP monitoreó varios ejemplos de deforestación en el 2019 que salpicaron el manto de selva en el norte y en el este del país. Las causas variaron desde el establecimiento de una nueva comunidad menonita hasta la cría de ganado.
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En agosto del 2019, MAAP también publicó un análisis que monitorea la disminución de la deforestación alrededor del foco de minería del oro, conocido como La Pampa, que surge de la estrategia gubernamental para terminar con la destrucción forestal relacionada con la minería ilegal. Ese esfuerzo, conocido como Operación Mercurio, causó una caída de la deforestación derivada de la minería desde 900 ha entre febrero y junio de 2018 hasta 67 ha en ese mismo periodo en el 2019.
Se expresaron preocupaciones acerca de que la presión de la operación podría solo haber desplazado a los mineros y que ellos deforestarían otras áreas. Pero un informe posterior de MAAP de enero de 2020 dio a entender que esas preocupaciones podrían ser innecesarias por el momento, ya que hay pocos indicios de picos de deforestación relacionados con la minería en otros lugares.
Eso sugiere que, para una zona que alguna vez fue considerada el símbolo de los efectos adversos de la minería en la Amazonía, para Finer la Operación Mercurio funciona en La Pampa.
*Imagen principal: deforestación en la Amazonía colombiana. Foto: Rhett A. Butler/Mongabay.
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Referencias:
Finer, M., & Mamani, N. (2020). MAAP Synthesis: 2019 Amazon Deforestation Trends and Hotspots. MAAP Synthesis #4.
El artículo original fue publicado en Mongabay News. Puedes leerlo aquí.