Rana venenosa de dardo en el Parque Nacional Yasuní. Algunos científicos creen que el parque se encuentra en el epicentro de la región con mayor biodiversidad del planeta; sin embargo, hace décadas que Ecuador explota el parque para la obtención de petróleo y pronto lo hará con las áreas más remotas. Foto: Jeremy Hance.
De acuerdo con un nuevo estudio de la revista de libre acceso Environmental Research Letters, los gobiernos y las empresas petroleras, sedientos por los ingresos que se obtienen del petróleo, se están expandiendo cada vez más en una de las últimas grandes zonas silvestres del mundo. El área total de la Amazonia occidental reservada para petróleo y gas ha aumentado 150 000 km2 desde 2008, lo que ahora representa más de 730 000 km2 —un área del tamaño de Chile—.
“La frontera del hidrocarburo continúa avanzando dentro de la Amazonia”, dijo el autor principal Matt Finer, de la Amazon Conservation Association. “Deberá hacerse un plan estratégico sobre cómo se llevará a cabo el futuro desarrollo en lo que se refiere a carreteras”.
Los caminos para acceder al petróleo y al gas son considerados las causas principales de deforestación, en especial en lugares vírgenes. Hace tiempo que las investigaciones demostraron que, cuando se construye una vía de acceso en la Amazonia, lo que le sigue es destrucción, incluidas la tala ilegal, la caza excesiva, la agricultura de roza y quema y la colonización.
“Más aún, en la Amazonia, los proyectos de petróleo y gas siguen expandiéndose en lugares extremadamente remotos y, por lo tanto, las nuevas vías de acceso podrían abrir algunos de los bosques más intactos que quedan en la Tierra”, comentó Finer a mongabay.com. “Una de nuestras conclusiones clave en el informe dice que existen por lo menos 35 descubrimientos de hidrocarburos a lo largo de la Amazonia occidental que aún no han sido desarrollados y, sin duda, este número aumentará mientras la exploración continúe. Si cada uno de ellos trae consigo un nuevo sistema de acceso vial, algunas de las últimas áreas silvestres que quedan en la Amazonia podrían estar en problemas”.
Bloques de petróleo y gas en la Amazonia occidental. Hacer clic sobre la imagen para agrandar. |
La investigación separa las concesiones de combustibles fósiles en tres áreas: extracción, exploración y promoción.
En la actualidad, los bloques de extracción solo representan alrededor del 7 % del total, lo que significa que la mayoría de los bloques de petróleo en la Amazonia occidental —incluidos el oeste de Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia— no se explota.
Bolivia está detrás de casi la mitad de la expansión total de los bloques de petróleo y gas en la región desde 2008. Además, es uno de los dos países de la zona —junto con Ecuador— que permite la extracción de combustibles fósiles incluso en parques nacionales.
“Bolivia viene creando de manera firme nuevas concesiones de hidrocarburos en el área central amazónica del país… En la actualidad, está terminando la perforación de un pozo exploratorio (Lliquimuni) que podría marcar el primer descubrimiento importante de hidrocarburos en la Amazonia boliviana”, dijo Finer. “De ser así, podría ser un gran cambio de juego para Bolivia al traer un significativo desarrollo de hidrocarburos a la Amazonia [boliviana] por primera vez”.
En resumen, el estudio encontró 35 nuevos descubrimientos documentados de petróleo y gas —confirmados o presuntos—, en particular en el este de Ecuador, norte de Perú y el estado brasileño de Amazonas.
“Es más, es probable que en los próximos años se hagan nuevos descubrimientos adicionales, ya que los 5 países promueven de forma insistente una mayor exploración”, los investigadores escriben en el informe.
Sin embargo, de acuerdo con las observaciones de estos últimos, los enormes impactos de la producción de petróleo y gas se podrían mitigar —si no eliminar de manera completa— si los gobiernos y empresas comenzaran a tratar la Amazonia como al gas y al petróleo de alta mar.
“Este modelo trata los bosques como un océano, donde las vías de acceso no son posibles y la plataforma de perforación es básicamente una isla en el bosque a la que solo se accede mediante helicóptero y/o transporte fluvial”, dijo el coautor y ex secretario de Interior de Estados Unidos Bruce Babbitt, y ahora miembro de Blue Moon Fund. “En esencia, esto significa un desarrollo libre de caminos”.
Quema de gas en una torre de crudo justo al otro lado del río, frente al Parque Nacional Yasuní. Foto: Jeremy Hance.
En vez de construir vías de acceso que pronto atraerán colonizadores —y destrucción—, la industria traslada el equipo y el personal en helicóptero. De acuerdo con el informe, este es un modelo que se usa en el proyecto de gas natural de Camisea, al sur de Perú, así como también en otros lugares.
“Estos proyectos tienen problemas sociales complicados con las comunidades indígenas, pero en términos de buenas prácticas técnicas, son ejemplares porque todo acceso es por aire y/o agua y las rutas de las líneas de flujo no se usan como caminos”, comentan los investigadores.
Los científicos también argumentan que el modelo de alta mar es competitivo desde el punto de vista económico con el modelo más tradicional de vías de acceso, y hasta puede ser más barato.
“El análisis de un proyecto reciente de extracción de petróleo en el norte de Perú reveló que el uso de las buenas prácticas técnicas no implica necesariamente costos más elevados y puede, en realidad, reducir los gastos totales”, cuentan los investigadores. “El aumento de los gastos relacionados con el helicóptero se compensaría con la eliminación de la costosa construcción y mantenimiento de los caminos en un medioambiente de bosque tropical húmedo”.
Así y todo, los gobiernos y las empresas no parecen convencidos por el modelo de alta mar. En 2007, Ecuador prometió no construir caminos en el intento de explotar el bloque 31 en el Parque Nacional Yasuní, el cual algunos expertos creen es el lugar con mayor biodiversidad en el mundo. Sin embargo, el año pasado, imágenes satelitales revelaron que la empresa estatal ecuatoriana, Petroamazonas, había construido un gran camino hasta el sitio de la explotación; en resumir de cuentas, convirtió un camino para el ducto en un acceso utilizable en su totalidad.
“Ecuador cambió de criterio y construyó el camino en 2012”, dijo Finer. “Este caso destaca que uno de los componentes más importantes para la implementación del modelo de desarrollo de alta mar en tierra se asegura de que el corredor de la línea de flujo o ducto no se use como una vía de acceso. Esto es lo que está sucediendo en el bloque 31 y es probable que se vuelva a repetir [en el bloque ITT del Parque Nacional Yasuní]”.
La perforación en el bloque ITT (o Ishpingo-Tambococha-Tiputini) es uno de los proyectos de combustibles fósiles más controversiales del planeta, después de que Ecuador dijera que mantendría el bloque sin explotar si la comunidad internacional pagaba la mitad de los ingresos provenientes del petróleo que se encuentra en la selva tropical, es decir, 3 600 millones de dólares. Ecuador abandonó los planes en 2013 cuando dijo que no entraba dinero con suficiente rapidez. Todavía no está claro cuál modelo —vías de acceso o de alta mar— elegirá Ecuador para el bloque ITT, pero podría tener serias consecuencias debido a la cantidad de daño que se le ocasiona a uno de los bosques tropicales más remotos e intactos del planeta.
Vista aérea de deforestación adyacente a la autopista Interoceánica en Perú. Esta autopista abrió a la colonización amplias áreas de la Amazonia. Foto: Rhett A. Butler.
“Este estudio documenta numerosos ejemplos operativos del modelo de alta mar en tierra”, comentó Babbitt. “Lo que ahora necesitamos son compromisos del Gobierno y de las empresas que aseguren que todo desarrollo futuro de hidrocarburos siga este modelo y no que se limite a construir más vías de acceso en lo profundo de la Amazonia”.
Por supuesto, aun libres de caminos, los proyectos de gas y petróleo basados en el modelo de alta mar no le ponen fin a muchos de los problemas causados por la extracción de estos en la región. Existe la posibilidad de que haya conflictos con grupos indígenas y nativos, así como también contaminación, por ejemplo, por derrame de petróleo, y un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero debido a la extracción de combustibles fósiles. Algunas investigaciones han advertido que el calentamiento global podría secar la Amazonia, lo que la haría más propensa a incendios e incluso que desaparezca.
Finer dijo que la caída actual de los precios del petróleo también podría desempeñar un papel en cuanto a cómo continuaría la extracción en la región.
“Para los 35 nuevos descubrimientos… la caída del precio del petróleo puede impactar en la decisión de las empresas, quienes dirán si la extracción es viable comercialmente o no”.
Referencias:
- Finer, Matt, Bruce Babbitt, Sidney Novoa, Francesco Ferrarese, Salvatore Eugenio Pappalardo, Massimo De Marchi, Maria Saucedo, and Anjali Kumar. “Future of oil and gas development in the western Amazon.” Environmental Research Letters 10, no. 2 (2015): 024003.